Pocas posibilidades de éxito para el 'pacto social' que pretende Soares

Menos de una semana después de las elecciones legislativas portuguesas están ya plenamente confirmadas las previsiones que auguraban una solución difícil para la crisis política lusa. El tono agresivo utilizado por elpartido comunista y el partido socialista anuncia claramente que el pacto social deseado por Mario Soares antes de negociar la formación del futuro Gobierno es un objetivo poco realista.Después de haber ofrecido formalmente al PS un encuentro para analizar la situación creada por las elecciones y de haber recibido un no rotundo de Soares, el partido de Álvaro Cunhal tiene las mano...

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Menos de una semana después de las elecciones legislativas portuguesas están ya plenamente confirmadas las previsiones que auguraban una solución difícil para la crisis política lusa. El tono agresivo utilizado por elpartido comunista y el partido socialista anuncia claramente que el pacto social deseado por Mario Soares antes de negociar la formación del futuro Gobierno es un objetivo poco realista.Después de haber ofrecido formalmente al PS un encuentro para analizar la situación creada por las elecciones y de haber recibido un no rotundo de Soares, el partido de Álvaro Cunhal tiene las manos libres para hacer sentir su peso por otras vías. La poderosa central sindical CGT, mayoritariamente comunista, acaba de formular un largo texto reivindicativo -tan extenso como el programa socialista de 100 medidas para 100 días de Gobierno- y aprovechará las manifestaciones del Primero de Mayo para iniciar un proceso de movilización que promete muchos dolores de cabeza al líder socialista.

Ya durante la campaña electoral, Mario Soares se refirió en varias oportunidades a las muchas esperanzas que parte del electorado, y sobre todo los trabajadores, depositaban en un cambio de Gobierno. La victoria socialista ha abonado el terreno para las reivindicaciones sindicales y Mario Soares está preso en un dilema: atender en prioridad a la dramática situación económica y financiera de Portugal, con el riesgo de decepcionar desde el primer momento a buena parte de su electorado, o ceder a la presión laboral, comprometiendo aún más la política de restauración económica que prometió al sector empresarial.

Para Mario Soares el problema es aún más grave que el de las futuras alianzas políticas, ya que es el único que puede realmente dividir su propio partido.

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