Garaikoetxea y la oposición discrepan sobre el balance de tres años de Gobierno vasco

El enfrentamiento entre el PNV y el resto de las fuerzas políticas que componen la oposición parlamentaria vasca caracteriza, en vísperas de las elecciones municipales, el tercer aniversario de la formación del Gobierno vasco. Mientras el lendakari Carlos Garaikoetxea ha hecho un balance positivo de la gestión desarrollada estos años por su Gobierno, los grupos parlamentarios del PSE-PSOE, Euskadiko Ezkerra y la coalición centro-derecha descalifican, desde perspectivas bien distintas, la labor del Ejecutivo autónomo.

Las críticas de la oposición parlamentaria convergen en la idea, de qu...

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El enfrentamiento entre el PNV y el resto de las fuerzas políticas que componen la oposición parlamentaria vasca caracteriza, en vísperas de las elecciones municipales, el tercer aniversario de la formación del Gobierno vasco. Mientras el lendakari Carlos Garaikoetxea ha hecho un balance positivo de la gestión desarrollada estos años por su Gobierno, los grupos parlamentarios del PSE-PSOE, Euskadiko Ezkerra y la coalición centro-derecha descalifican, desde perspectivas bien distintas, la labor del Ejecutivo autónomo.

Las críticas de la oposición parlamentaria convergen en la idea, de que el Gobierno vasco ha practicado una política que responde casi exclusivamente a los intereses específicos del partido que lo sostiene, debilitando en amplios sectores la imagen del proyecto común autonómico.El control estrecho que el PNV ejercería en la práctica sobre el gabinete monocolor de Carlos Garaikoetxea constituye, así mismo, otra acusación compartida por la oposición. Todos los grupos coinciden en manifestar que el Gobierno vasco, dos veces reestructurado en el plazo de tres años, carece de la autonomía necesaria para poder desarrollar las funciones que le son propias.

El Iendakari Garaikoetxea rechaza tales críticas, que considera faltas de fundamento, en unas declaraciones realizadas a la agencia Vasco Press, en las que afirma que habría dimitido si no contara con el respaldo de su partido. Como ejemplos significativos de los logros conseguidos durante su gestión al frente del Gobierno, Carlos Garaikoetxea cita la contención del aumento del paro, el aumento de la inversión pública y la mejora de los equipamientos sociales, las obras públicas, las iniciativas culturales y el apoyo al euskera.

En opinión del lendakari, las cifras que marcan el crecimiento del Producto Interior Bruto permiten detectar un giro en la reactivación de la economía vasca, fuertemente deteriorada.

La viabilidad de una nueva convocatoria para la formación de la mesa por la paz depende, según el presidente del ejecutivo autónomo, de un eventual cambio en la relación de fuerzas existente en el seno de ETA Militar, así como de la flexibilidad del PSOE.

A juicio de Garaikoetxea, la inmensa mayoría de la sociedad vasca ha avanzado a lo largo de estos tres años en la convicción de que la paz y la normalización de la convivencia es cada día más urgente. "El PSOE", ha manifestado el lendakari, "debe pensar también que es muy peligroso imponer determinadas concepciones en Euskadi, siendo como es, aquí, minoritario".

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Para Enrique Casas, dirigente y senador del PSE-PSOE, el Gobierno vasco se ha dejado llevar por el sectarismo y el partidismo, hasta el punto de que su política ha sido en realidad la política del PNV. "Se quiera o no reconocerlo", ha dicho Casas, "el Gobierno vasco se encuentra en crisis y no ha sabido ser el Gobierno de todos los vascos que el PNV prometía en su campaña electoral".

Roberto Lertxundi, miembro de la ejecutiva de Euskadiko Ezkerra, ha indicado que el equipo de Garaikoetxea ha llevado a cabo una gestión conservadora, ajena a los intereses de los trabajadores, y caracterizada por la permanente identificación de Euskadi como sinónimo del PNV. "El Gobierno", ha afirmado, "ha sido un rehén de su partido y, de hecho, el lendakari del Gobierno vasco ha sido Arzallus, y el Parlamento vasco los batzokis".

En opinión de Julen Gimon, de la coalición de centro-derecha, el ejecutivo vasco es "un juguetito al servicio de un partido pagado fastuosamente por las diputaciones, y su política ha conseguido que se genere una situación de hostilidad entre la población". "El Gobierno vasco", ha indicado, "es un grandioso monumento a la frustración".

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