Un socialismo moderado se instala en el Gobierno de Australia

Ayer tomó posesión el nuevo Gobiemo australiano. Un Gobierno laborista que ha sido calificado de moderado, pragmático y de centro derecha. Tras su resonante triunfo electoral, Bob Hawke no ha tenido demasiadas dificultades para dar escasa representación al ala izquierda de su partido, en beneficio de lo que pretende sea una mayor eficacia de sus ministros. Sin duda la va a necesitar, pues la herencia que recibe de siete años de fraserismo es peor de lo que pensaba.Decisión parece que no va a faltar, a la vista de lo sucedido en los seis días que han seguido a su victoria. Aún no había tomado p...

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Ayer tomó posesión el nuevo Gobiemo australiano. Un Gobierno laborista que ha sido calificado de moderado, pragmático y de centro derecha. Tras su resonante triunfo electoral, Bob Hawke no ha tenido demasiadas dificultades para dar escasa representación al ala izquierda de su partido, en beneficio de lo que pretende sea una mayor eficacia de sus ministros. Sin duda la va a necesitar, pues la herencia que recibe de siete años de fraserismo es peor de lo que pensaba.Decisión parece que no va a faltar, a la vista de lo sucedido en los seis días que han seguido a su victoria. Aún no había tomado posesión cuando devaluó en un 10% el dólar australiano. La medida, que tuvo que ser firmada por el ministro de Hacienda en funciones del anterior Gobierno liberal, tenía por objeto acabar de una vez por todas ton la espectacular salida de divisas durante la campaña electoral. Según citas oficiales, en tres semanas habían salido del país 2.700 millones de dólares (unos 340.000 millones de pesetas).

El mismo día, el electorado se veía sorprendido por la noticia de que el déficit presupuestario previsto por el Ministerio de Hacienda para el próximo año fiscal 1983-84 no es de 6.000 millones de dólares, como había anunciado el Gobierno saliente, sino de 9.600 millones (más de un billón de pesetas), algo más del 5% del producto interior bruto.

Hawke ordenó inmediatamente la revisión de toda la política de relanzamiento económico prevista en el programa laborista, pues, de mantenerse como está, pondría el déficit presupuestario en 12.000 inillones de dólares, cifra dificil de mantener por el país sin un tremendo coste inflacionista. Debe tenerse en cuenta que, según los números facilitados por el anterior Gobierno, el déficit presupuestario de este año sería de 4.000 millones de dólares, a los que los laboristas pensaban añadir unos 2.000 más en un programa de inversiones públicas y creación de puestos de trabajo.

En cualquier caso, el nuevo primer ministro ha sido taxativo en el sentido de que no permitirá que el déficit presupuestario llegue a los 10.000 millones de dólares. No lo va a tener fácil, después de que el jueves se anunciase una nuevacifra récord en el índice de desempleo, que alcanza ahora el 10,7% de la población laboral. Un porcentaje que en España puede parecer bajo, pero que aquí, en un país que hasta hace menos de dos años disfrutaba de una situación de pleno empleo, es interpretado como el anuncio del fin del mundo.

Nuevo líder liberal

En el lado liberal, todo parece indicar que habrá una profunda remodelación del partido. Ayer mismo sus parlamentarios elegían a Andrew Peacock como nuevo líder. Un personaje con buena imagen y poco quemado por la etapa de Fraser.Peacock parece caracterizarse por cierto progresismo en lo social y por un extraordinario conservadurismo en todo lo referente a la economía y relaciones laborales. Tal como están las cosas, y como escribía ayer un conocido comentarista, "el peligro para los liberales es que la dink.nica de la política podría forzarles.. a moverse hacia la izquierda de los laboristas.

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