La RFA y Francia, escenarios electoralesUnos comicios decisivos para Europa occidental / 4

Un aburrido debate sobre temas económicos enfrentó a los principales lideres de la RFA

La discusión final en la televisión alemana con los líderes de los cuatro partidos representados en el Parlamento federal (Bundestag) se centró fundamentalmente en temas económicos y dejó claras las diferencias políticas entre la actual coalición de gobierno (democristianos y liberales) y la oposición socialdemócrata (SPD).

El candidato del SPD, Hans-Jochen Vogel, que tuvo enfrente al canciller democristiano, Helmut Kohl (CDU); al presidente de Baviera, Franz-Josef Strauss (CSU), y al ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher (FDP), dio la impresión de cansancio ...

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La discusión final en la televisión alemana con los líderes de los cuatro partidos representados en el Parlamento federal (Bundestag) se centró fundamentalmente en temas económicos y dejó claras las diferencias políticas entre la actual coalición de gobierno (democristianos y liberales) y la oposición socialdemócrata (SPD).

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El candidato del SPD, Hans-Jochen Vogel, que tuvo enfrente al canciller democristiano, Helmut Kohl (CDU); al presidente de Baviera, Franz-Josef Strauss (CSU), y al ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Hans-Dietrich Genscher (FDP), dio la impresión de cansancio y resignación, como si luchase en una guerra perdida.Tres horas y cuarto duró el debate televisivo de los cuatro primeros espadas, que aburrieron a los telespectadores en una interminable discusión sobre cifras que ni los avezados serían capaces de desentrañar.

El debate se celebró con la ausencia de la cuarta fuerza política del país -los verdes-, que no están representados en el Bundestag, pero los ecologistas estuvieron presentes como convidados fantasmas, porque la discusión estuvo llena de referencias a ellos.

El candidato socialdemócrata, Vogel, tuvo la dificil tarea de luchar dialécticamente contra los otros tres -Kohl, Strauss y Genscher-, y esto le pudo haber dado simpatías entre el público, pero las echó a perder con su estilo de maestro de escuela, en el peor sentido de la palabra.

En dos puntos están claras las opciones entre el actual Gobierno y la oposición socialdemócrata. El Gobierno ve ya claridad en el oscuro horizonte económico, a pesar de que las cifras de parados, publicadas el mismo jueves, superaron los 2,5 millones y batieron todas las marcas en la historia de la RFA.

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Nuevos misiles atómicos

Frente a la posición del Gobierno de dejar que la economía se desarrolle por sus propias fuerzas, la oposición socialdemócrata exige una acción decidida del Estado para combatir el paro. El otro punto de discrepancia es el tema del estacionamiento de los nuevos misiles atómicos, que ocupó la última parte de la discusión televisiva.

El Gobierno se alinea completamente al lado de la Alianza Atlántica (OTAN) y las posiciones norteamericanas, mientras que Vogel asegura que hará todo lo posible para conseguir que el estaciona miento no sea necesario.

Vogel insistió en que sus posiciones no son antinorteamericanas, porque muchos en Estados Unidos buscan opciones alternativas al estacionamiento de nuevos misiles atómicos sobre el suelo eu ropeo. El candidato del SPD apuntó como posibles salidas para evitar el estacionamiento la unificación de las negociaciones sobre armas de alcance medio (INF) con las de misiles estratégicos (START), el despliegue de los nuevos cohetes en submarinos nucleares o un aplazamiento del estacionamiento para proseguir la negociación. Quedó claro que el Gobierno parece dispuesto a aceptar los nuevos cohetes atómicos y el SPD trataría de hacer lo posible para evitarlos.

La ausencia de los verdes excluyó de la discusión un tema candente de la política en la RFA: los sobornos y donativos a los partidos del consorcio Flick. Como los cuatro partidos representados en el debate están más o menos implicados en los pagos en metálico del mayor consorcio financiero de la RFA, el tema ni siquiera fue mencionado en las tres horas largas de discusión. Los dos periodistas que moderaron el debate se hicieron cómplices del contubernio, al no mencionar el escabroso asunto.

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