Los 'botiguers' se muestran insatisfechos con la ley

La Ley de Regulación Administrativa de Determinadas Estructuras Comerciales y Ventas Especiales, más conocida por la ley de las rebajas, que fue aprobada el pasado miércoles por el Parlament de Cataluña, no soluciona los problemas de fondo de los tenderos, según sus representantes, aunque en parte les beneficia frente a la competencia de los grandes almacenes. La izquierda, que no se ha mostrado en desacuerdo porque entiende que en parte protege al consumidor, opina que esta ley responde en gran manera a una necesidad electoralista de la coalición en el poder, Convergència i Unió (C...

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La Ley de Regulación Administrativa de Determinadas Estructuras Comerciales y Ventas Especiales, más conocida por la ley de las rebajas, que fue aprobada el pasado miércoles por el Parlament de Cataluña, no soluciona los problemas de fondo de los tenderos, según sus representantes, aunque en parte les beneficia frente a la competencia de los grandes almacenes. La izquierda, que no se ha mostrado en desacuerdo porque entiende que en parte protege al consumidor, opina que esta ley responde en gran manera a una necesidad electoralista de la coalición en el poder, Convergència i Unió (CiU), que pretende contentar con medidas más o menos proteccionistas al pequeño comerciante. La ley afectará, aunque no existe censo oficial, a unos 120.000 comercios catalanes.Incluso la Unió de Botiguers, organización que agrupa a varios miles de tenderos y que es próxima a CiU, reconocía ayer a este diario que con esta ley "no se solucionan los problemas de fondo del pequeño comercio, aunque remedia algunos de sus males", según palabras de su presidente, Josep Miró Martínez. Males que fueron concretados, ante la inexistencia de legislación, no sólo en la competencia de los grandes almacenes, sino incluso de unos comercios con respecto a otros a la hora de hacer rebajas, liquidaciones o ventas de saldos o a pérdida.

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Para esta asociación, la ley aprobada es "un primer paso", no el fundamental, para la salvación del pequeño comercio que, "indudablemente, pasa por las agrupaciones o cooperativas de los tenderos al efectuar sus compras". La profunda reforma de las estructuras comerciales, que la ley del Parlament no contempla, no supondría, sin embargo, obviar el cierre del 50% de los pequeños comercios. "El número de tiendas en los países europeos es la mitad", afirmó Josep Miró.

Los capítulos más importantes de la ley aprobada por el Parlament regulan las rebajas, la venta de los saldos y las liquidaciones, además de los capítulos sobre la venta ambulante, que no varía sustancialmente la legislación vigente, la venta a pérdida y la domiciliaría. Establece, por ejemplo, que en Cataluña sólo podran haber rebajas en invierno, del 7 de enero al 20 de febrero, y en verano, del 15 de julio al 31 de agosto, y prohibe que los comercios puedan comprar género especialmente fabricado para la venta de rebajas.

La ley separa claramente las rebajas de los saldos, que sólo permite vender si se diferencian claramente del resto de los productos. En el caso de que esta ley entre en vigor, únicamente será posible efectuar liquidaciones en caso de cierre de negocio o reforma del mismo. Con respecto a la venta a pérdida, es decir a un precio inferior al que le costó al comerciante, la ley aprobada no varía lo que ya establece la legislación general que prohibe la venta a pérdida de forma sistemática y habitual.

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