Cartas al director

El cambio científico

Entre los ciudadanos que, esperanzados, creemos en un posible cambio que -aparte de afectar otras facetas de nuestra vida- dignifique nuestra actividad profesional y nos saque de precarias situaciones, nos encontramos los investigadores jóvenes de este país y, más en concreto, los becarios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.Estábamos ansiosos de conocer las primeras declaraciones del nuevo ministro de Educación y Ciencia, Maravall, y comprobar si entre sus prioridades se encontraba la de, al revitalizar la investigación científica en España, tratar de inco...

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Entre los ciudadanos que, esperanzados, creemos en un posible cambio que -aparte de afectar otras facetas de nuestra vida- dignifique nuestra actividad profesional y nos saque de precarias situaciones, nos encontramos los investigadores jóvenes de este país y, más en concreto, los becarios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.Estábamos ansiosos de conocer las primeras declaraciones del nuevo ministro de Educación y Ciencia, Maravall, y comprobar si entre sus prioridades se encontraba la de, al revitalizar la investigación científica en España, tratar de incorporar al vetusto personal en plantilla de los organismos de investigación (en el CSIC la edad media ronda los cincuenta años) a las nuevas generaciones, individuos sobradamente formados, con un historial que los avala y que, de hecho, contribuyen a la producción científica de estos centros como otro investigador más.

Porque la realidad actual es que, partiendo de la concepción inicial de un becario como personal en formación tras su licenciatura, se ha llegado a -finalizado este período y tras alcanzar el doctorado, seguido normalmente de estancias en laboratorios extranjeros- prolongar anómalamente el supuesto período de formación durante años (ni siquiera los investigadores jóvenes ya lo son tanto). Así persiste lo que desde el principio era una situación laboral totalmente precaria: becas de baja cuantía, inexistencia de Seguridad Social o subsidio de paro y sin posibilidades cercanas de integrarse en las tareas científicas.

Desde estas páginas queremos recordar algunos temas de gran urgencia que dejó sin resolver totalmente el anterior ministro, Mayor Zaragoza: La creación de contratos para becarios posdoctorales, la recuperación en condiciones dignas de los investigadores jóvenes en el extranjero y la equiparación de las becas predoctorales del CSIC a las de universidad, en duración y cuantía, y la aparición de nuevas plazas. /

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Becaria predoctoral del CSIC. Estación Experimental del Zaidín.

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