El Pentágono acepta reducir el crecimiento de los gastos militares en Estados Unidos

Por primera vez desde su nombramiento, hace dos años, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Caspar Weinberger, propuso ayer una reducción de los gastos militares que, en realidad, supone una reducción del crecimiento planteado previamente. A pesar de estas economías anunciadas, Estados Unidos tendrá el presupuesto militar más elevado de su historia.El anuncio de Weinberger, hecho solemnemente en Washington, se refiere al presupuesto militar para 1984, que será presentado a finales de mes y que entrará en vigor el 1 de octubre próximo.

Según el jefe del Pentágono, pueden ser ec...

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Por primera vez desde su nombramiento, hace dos años, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Caspar Weinberger, propuso ayer una reducción de los gastos militares que, en realidad, supone una reducción del crecimiento planteado previamente. A pesar de estas economías anunciadas, Estados Unidos tendrá el presupuesto militar más elevado de su historia.El anuncio de Weinberger, hecho solemnemente en Washington, se refiere al presupuesto militar para 1984, que será presentado a finales de mes y que entrará en vigor el 1 de octubre próximo.

Según el jefe del Pentágono, pueden ser economizados 8.000 millones de dólares (un billón de pesetas). La mitad de esta disminución se debe a la baja del precio del petróleo y a la débil inflación registrada en Estados Unidos. La otra parte corresponde a la suspensión de algunas maniobras militares, de varios proyectos en construcción y, especialmente, de la congelación de salarios. Weinberger no ha planteado recortes en las peticiones de material militar.

El secretario de Defensa, que cuenta con la aprobación de Reagan, afirmó haber hecho el mayor sacrificio posible para aligerar el déficit presupuestario norteamericano, que ha sido cifrado en 200.000 millones de dólares (35 billones de pesetas). Dijo que cualquier reducción suplementaria en el presupuesto militar pondrá en peligro el programa de rearme lanzado por Reagan y la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.

A pesar de las reducciones solicitadas por el jefe del Pentágono, el próximo presupuesto norteamericano crece en un 14,6% con relación a 1983. Pasa de 238.500 millones de dólares a 273.400 millones, superando netamente la tercera parte del total de gastos federales.

El sacrificio anunciado por el Pentágono ha suscitado ya diversas críticas. Para John Tower, republicano que preside la comisión de fondos militares del Senado, es una decisión "inútil y desgraciada". "Pertenecemos", dijo, "a una sociedad que puede producir simultáneamente cañones y mantequilla". Varios miembros demócratas del Congreso consideran, por el contrario, que los recortes anunciados por Weinberger ni son suficientes ni están bien orientados. A la mayoría de los militares norteamericanos les parecería mejor, por ejemplo, que se ahorrase en los gastos de material en vez de hacerlo con sus sueldos, que consideran modestos y que sólo serán aumentados en octubre próximo en un 7,6%.

Esto es sólo el comienzo de una batalla que se promete dura en el Congreso.

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