Cartas al director

El sueldo de los diputados

Me agrada mucho converger en la opinión de su editorial Arriba y abajo, de 21 de diciembre del actual año, pero me gustaría, y si usted me lo permite, naturalmente, hacer algunas matizaciones:Creo que son ustedes excesivamente injustos con nuestros diputados; hay que comprenderles y darse cuenta que al precio que está la gasolina ir al Parlamento en utilitario se transforma en un gasto fastuoso; por otra parte, el precio de los garbanzos y las judías está por las nubes, y es que nuestros diputados, señor director, también tienen que comer; qué dirían sus homónimos del extranjero, ...

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Me agrada mucho converger en la opinión de su editorial Arriba y abajo, de 21 de diciembre del actual año, pero me gustaría, y si usted me lo permite, naturalmente, hacer algunas matizaciones:Creo que son ustedes excesivamente injustos con nuestros diputados; hay que comprenderles y darse cuenta que al precio que está la gasolina ir al Parlamento en utilitario se transforma en un gasto fastuoso; por otra parte, el precio de los garbanzos y las judías está por las nubes, y es que nuestros diputados, señor director, también tienen que comer; qué dirían sus homónimos del extranjero, versus J. Strauss, si todos nuestros diputados empezasen a adelgazar por falta de alimentación como el señor Peces-Barba. ¡No!, eso no puede ser; propongo que se suban un poco más, 500.000 pesetas mensuales para igualarse, céntimo arriba o abajo, al sueldo que percibe cualquier trabajador de nuestro querido país. ¡Sea usted bueno, señor director! ¡Si son unos mártires! / Médico residente.

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