En Marbella se lucieron menos joyas esta Nochevieja

En Nochevieja se lucieron menos joyas que otros años en Marbella, aunque, ciertamente, la mayoría de los 186 titulares de las cajas de seguridad del Banco de Andalucía desvalijadas hace una semana, y que hasta ahora han denunciado el robo, ha aplicado la filosofía de que se trata de un "negocio" que ha salido mal. "Unos salen bien y otros mal", como señala el conde Francesco de Perlac, director general del hotel Meliá Don Pepe, uno de los pilares básicos de la Nochevieja marbellí. Esta es la crónica de la noche de fin de año en la primera capital del turismo español, de actualidad mundial, esp...

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En Nochevieja se lucieron menos joyas que otros años en Marbella, aunque, ciertamente, la mayoría de los 186 titulares de las cajas de seguridad del Banco de Andalucía desvalijadas hace una semana, y que hasta ahora han denunciado el robo, ha aplicado la filosofía de que se trata de un "negocio" que ha salido mal. "Unos salen bien y otros mal", como señala el conde Francesco de Perlac, director general del hotel Meliá Don Pepe, uno de los pilares básicos de la Nochevieja marbellí. Esta es la crónica de la noche de fin de año en la primera capital del turismo español, de actualidad mundial, especialmente estos días.

ENVIADO ESPECIALEntre las 9.000 pesetas que costó la cena, sin cotillón, en el restaurante La Hacienda, y las 20.000 pesetas de la fiesta del hotel Los Monteros, la alta sociedad de segunda fila de Marbella tomó las uvas de la suerte hablando del desfalco como tema principal, aunque ni la meca del turismo español que mueve centenares de miles de millones de pesetas anuales se verá dañada ni un ápice, ni la gran mayoría de los expoliados pasarán a ser pobres con la excepción de algunos, no muchos, pequeños ahorradores que lo fiaron todo a la seguridad del banco más popular, no el más grande, ni el mejor, de esta zona. No se notó el síndrome del robo de Marbella a pesar de las presumibles joyas de imitación, no ya por el robo en sí, sino por el miedo a los robos, o por culpa de los muchos habidos últimamente -en Marbella un oficio con porvenir es el de fabricante de imitaciones-.

La alta sociedad de primera fila, y los famosos con algunas excepciones tienen por costumbre dejar e terreno libre en noches como ésta los que viven de la imagen, aunque les suponga una pequeña carga, y celebrar sus fiestas privadamente o irse a sus ciudades y países de origen.

Jaime de Mora, centro de la fiesta

Así aunque la actual mala salud de Jaime de Mora y Aragón, el más conocido de los hasta ahora afectados por el nuevo robo del siglo, no le impidió estar en la,discoteca Regine's, hasta las siete de la mañana bebiendo champaña con su esposa, lo cierto es que el hermano de la Reina Fabiola de Bélgica, con achaques de corazón, se quedó con las ganas de dar un apretón de manos al actor Alain Delon y al ex marido de la princesa Carolina de Mónaco, Philippe Junot, en presencia de los fotógrafos, que no aparecieron por el centro nocturno de Puente Romano. A las tres de la tarde de ayer Jaime de Mora descansaba de la agitada noche en su casa. Aunque le quedaron fuerzas suficientes para acercarse a la discoteca Kiss.El propio Rey Fadh de Arabia Saudí, con una magnífica residencia sobre una colina artifical frente a Puente Rornano, pequeña reconstrucción de la Casa Blanca de Washington, y, su increíble comitiva de casi quinientas personas (van y vienen en el Jumbo real de la Saudían Airlines y en dos Boeing 727) abandonaban Marbella casi al mismo tiempo que se supone que lo hacían los ladrones del Banco de Andalucía, el domingo 26.

Atractivo tópico, a veces relativamente molesto, para la vida y el futuro de Marbella, por cuanto que si están sosteniendo su economía, también pueden dañarla -"Marbella no la han hecho los árabes sino los europeos, entre ellos los españoles", dice con cierto enojo el conde de Perlac-. Y atractivo tópico benefactor para la otra tendencia encabezada por Jaime de Mora y Aragón de quien es notorio en la costa que aumentó riquezas introduciendo capital árabe.

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De ahí viene la especulación de que tiene que haber árabes importantes entre los robados, porque es lógico, se dice, que Mora lleve a sus socios al banco asaltado, del que es uno de los clientes más antiguos. Y las lenguas se despachan enseguida con los nombres de Al Midani, presidente del club Puente Romano; Adman Kasshouggi, uno de los financieros árabes más conocidos; el conde Rudi Schoburg, director del Marbella Club Al Bel Irik, director general de la empresa Alrima y "miembros de la familia real saudí", estos últimos sin especificar siquiera sus nombres, muchos de ellos aparecidos incluso en letra impresa en los últimos días.

Una selecta gastronomía

Nochevieja triste, en cambio, para los marbellíes Carlos Alba, inmobiliario; doctor Jerez; Pilar Becerril, hermana de la ex ministra de Cultura; el mismo abogado del Banco de Andalucía y algún otro, como el jubilado Antonio García o el alcalde de Marbella, Alfredo Cañas, que tenía una caja alquilada, "aunque sin joyas, sólo papeles no muy importantes", dice, también damnificado y a quien no se les conocen grandes fuentes de riqueza.Por 20.000 pesetas, las doscientas personas que llenaron los comedores del hotel Los Monteros, cenaron foie-gras Estrasburgo, caviar de Beluga, caldo de gallina, langosta del Cantábrico a la crema de hinojos y estragón, granizado de limón de Cártama, entrecot con berenjenas rellenas, perfecto de moka, salsa de caramelo, fantasía de almendras, golosinas navideñas, uvas y champaña francés Don Perignon.

Francesco de Perlac, romano, que llegó en 1949 a Marbella con sólo siete años de edad, metió a 350 personas en el comedor principal del Meliá Don Pepe, a 15.000 pesetas el menú, y no menos de 5.000 globos de colores suspendidos del techo que un minuto después de la medianoche en una ceremonia fantástica, a los acordes del Himno de la Alegría de la novena sinfonía de Beethoven, fueron soltados y reventados al unísono con las puntas de los cigarrillos de los comensales.

Perlac, a sus 40 años, no resistió la pasividad del fascinante espectáculo y participó activamente en la explosión de los globos, perdiendo la compostura que da el esmoquin impecable y la cabecera de la mesa principal de unas veinte personas, entre familiares y amigos del aristócrata italiano. La señora Perlac, Cristina, traje negro elegante, lucía joyas. No todas las perdió en el robo del banco. Por 15.000 pesetas, cena y cotillón hasta las siete de la mañana, tomaron este menú: Caviar del Volga, oca en taza, langosta a la brasa, sorbete de pomelo, faisán real en su plumaje, golosinas fin de año, champaña Laurent Perrier y, como en las cenas anteriores, vinos blanco y tinto de, reserva.

La Marbella europeizada

Puente Romano ofreció caviar Sevruga-Malossol, estracto de la vieja marmita, corazones de alcachofla con ostras al gratín, sorbete de manzana al Calvados, faisán de San. Silvestre, morillas a la crema, arroz blanco y souflé glacé a los pétalos de rosa, pequeños regalos de pastelería, uvas y vinos de marca.Marbella Club y el Hotel Don Carlos coincidieron en el precio, 12.000 pesetas. Como en Puente Romano se dio cita la crema de la Marbella europeizada que defiende Periac. El capitán inglés Bright, residente en la cercana localidad de San Pedro de Alcántara, con monóculo, presidía una mesa familiar no muy lejana a la del jeque árabe Boshali. David Brockman, propietario de Nawela Alton y de los Llanos de la Pula y su socio el alemán Munaman, compartían mantel. Como Bright, Boshali, Brockman o Munaman, el Mayor Trewor Dawson, o el magnate Kassoghhi, cenaron con otras trescientas personas lo siguiente: caviar, salmón ahumado, esencia de buey escocier, filet de buey Wellington con salsa perigordina y patatas a la parisien, sorbete de uvas pasas, mignardises, café, uvas y vino de reserva.

Don Carlos ofreció caviar iraní, consomé suissie, langostinos de Sanlúcar al champaña, sorbete de limón, pintada Richelieu con patatas almandinas, puré de castañas, endivias brasedas y espárragos trigeros, soufle glacé Rolchild mignardises.

La Hacienda, premio nacional de gastronomía 1982, tras catorce años de presencia junto a la urbanización Las Chapas, fue uno de los dos puntos de referencia de la buena mesa marbellí, sin fiesta de fin de año, junto a La Meridian, el más moderno de los restaurantes de la ciudad y el gran boom de este año 82. El primero de ellos ofreció ensalada de bogavante al vinagre de Jerez, hojaldre de setas con hígado de pato, sorbete de pera, medaliones de ciervo, jabalí con olos salsas o faisan al champaña, frutas variadas maceradas y pastelinos de San Silvestre. El segundo un menú similar aunque 5.000 pesetas más caro por la barra libre con champaña francés.

Tras la uvas, Regine's fue recogiendo poco a poco a los más nocherlegos procedentes de todos los cotillones de postín, hasta que al filo de las tres de la madrugada hubo de cerrar sus puertas porque ya no se cabía. El punto de referencia era Jaime de Mora y Aragón, sentado al pie de las escalerillas que dan acceso a la pequeña pista circular de la discoteca, atestada de gente. Las iras de los que no pudieron entrar se oyeron hasta en el hotel Andalucía Plaza, junto al Puerto Banús, cuyo casino abierto hasta la mañana del Año Nuevo, compitió en gentío y ambiente con Regine's. Allí se cenó por 12.000 pesetas: delicias, caldo de perdiz al estragón, cóctel de langostinos en piña tropical, sorbete de limón al champaña, faisán a las uvas, espuma de mandarina a las nueces, turrones y vinos de marca.

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