La Caja de Ahorros de Granada abre oficinas en Barcelona y Madrid

La Caja de Ahorros de Granada abrió ayer al público su primera oficina en Barcelona. Se trata de la primera vez que esta entidad financiera inaugura oficina fuera de su territorio tradicional. A la sucursal de Barcelona le seguirán otra en Madrid, a inaugurar hoy, y en Sevilla, seguramente la próxima semana.

Esta rápida expansión en pocas semanas se debe a la intención de esta entidad financiera de agotar las posibilidades que le ofrece la legislación sobre cajas de ahorro de agosto de 1977, antes de que la normativa de expansión sea cambiada por el Gobierno. El programa electoral d...

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La Caja de Ahorros de Granada abrió ayer al público su primera oficina en Barcelona. Se trata de la primera vez que esta entidad financiera inaugura oficina fuera de su territorio tradicional. A la sucursal de Barcelona le seguirán otra en Madrid, a inaugurar hoy, y en Sevilla, seguramente la próxima semana.

Esta rápida expansión en pocas semanas se debe a la intención de esta entidad financiera de agotar las posibilidades que le ofrece la legislación sobre cajas de ahorro de agosto de 1977, antes de que la normativa de expansión sea cambiada por el Gobierno. El programa electoral del Partido Socialista Obrero Español incluía en su parte económica la propuesta de limitar la expansión de las cajas a su propio territorio, procurando una vinculación máxima de estas entidades al lugar de origen de sus impositores. Este modelo es el seguido por países como la República Federal de Alemania.

Desde hace varios años las cajas, como han puesto de relieve las últimas asambleas anuales de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), vienen solicitando la liberalización del sistema financiero, haciendo hincapié especialmente en dos aspectos referidos a ellas: la igualación de sus coeficientes de inversión obligatoria con los de la banca y la consecución de máxima libertad para implantarse en todo el territorio español.

Esta última petición tiene fundamentalmente un sentido económico, puesto que algunas cajas de ahorro han llegado a un cierto techo en la captación de depósitos en sus zonas de influencia tradicionales, aunque en algunas ocasiones se ha visto en esta solicitud de total libertad de establecimiento una intencionalidad de hurtarse al control de los diversos Gobiernos autónomos, especialmente en los momentos en que se preveía un mayor peso de la izquierda en éstos que en el Gobierno central.

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