40.000 niños desnutridos mueren cada día en el mundo, según Unicef

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó ayer un grito de alarma ante los peligros de desnutrición infantil. Si las actuales tendencias persisten, el número de niños gravemente subalimentados llegará a seiscientos o seiscientos cincuenta millones en todo el mundo el año 2000, lo que representa alrededor de un 30% de incremento sobre la cifra hoy vigente. Según el informe anual de Unicef sobre la situación de la población infantil en el mundo, 40.000 niños mueren cada día de malnutrición e infecciones. Por cada niño fallecido se cuentan seis que sobreviven anémicos...

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El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó ayer un grito de alarma ante los peligros de desnutrición infantil. Si las actuales tendencias persisten, el número de niños gravemente subalimentados llegará a seiscientos o seiscientos cincuenta millones en todo el mundo el año 2000, lo que representa alrededor de un 30% de incremento sobre la cifra hoy vigente. Según el informe anual de Unicef sobre la situación de la población infantil en el mundo, 40.000 niños mueren cada día de malnutrición e infecciones. Por cada niño fallecido se cuentan seis que sobreviven anémicos y con mala salud.Esta situación podría remediarse fácilmente en el Tercer Mundo gracias a cuatro métodos preventivos, simples y poco costosos, cuya generalización propugna Unicef. Se trata de la rehidratación terapéutica por vía oral, inmunización generalizada, promoción de la alimentación materna a los bebés y fichas de crecimiento. 20.000 niños podrían salvarse cada día, de aquí a diez años, gracias a la aplicación sistemática de estos métodos.

Desde hace muchos años, Unicef libra una batalla contra la alimentación artificial de los bebés, método que considera desastroso y peligroso en los países pobres. Como consecuencia de la campaña, esta práctica ha retrocedido de forma considerable, sobre todo en Brasil, Chile, México y Filipinas. Unicef estima que diez millones de niños podrían ser salvados cada año si las madres amamantaran a los bebés de forma generalizada.

La organización subraya, por otra parte, que la disminución de la mortalidad infantil no es contradictoria con la necesidad de reducir las tasas de crecimiento demográfico en los países en vías de desarrollo.

Todas las estadísticas demuestran, según Unicef, "que ningún país ha conocido jamás una disminución importante y prolongada de su tasa de natalidad sin experimentar antes una reducción de la mortalidad infantil".

"Paradójicamente, una 'revolución de la supervivencia' que redujera a la mitad en todo el mundo en vías de desarrollo las tasas de mortalidad y de enfermedad infantiles antes de que termine el presente siglo", añade Unicef, "evitaría probablemente diez o doce millones de nacimientos por año".

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