La visita de Shultz a París no ha limado las diferencias entre Francia y EE UU

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que llega hoy a Madrid, no consiguió a lo largo de sus conversaciones de ayer en París modificar sustancialmente las tensiones franco-norteamericanas de los últimos tiempos relativas al comercio con los países del Este. Sin embargo, Francia, una vez más, se declaró como el aliado más sólido de Estados Unidos en materia de defensa europea, reiterando su apoyo a la instalación de los misiles occidentales Pershing, frente a los ya operacionales soviéticos SS-20.

Shultz, procedente de Roma, en el marco de la gira europea que realiza...

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El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, que llega hoy a Madrid, no consiguió a lo largo de sus conversaciones de ayer en París modificar sustancialmente las tensiones franco-norteamericanas de los últimos tiempos relativas al comercio con los países del Este. Sin embargo, Francia, una vez más, se declaró como el aliado más sólido de Estados Unidos en materia de defensa europea, reiterando su apoyo a la instalación de los misiles occidentales Pershing, frente a los ya operacionales soviéticos SS-20.

Shultz, procedente de Roma, en el marco de la gira europea que realiza actualmente, pasó veinticuatro horas en la capital francesa con el fin genérico de calmar los sobresaltos de las relaciones París-Washington, desde que el presidente norteamericano, Ronald Reagan, quiso controlar el comercio de los aliados occidentales con la URSS.

Francia, sólido aliado

George Shultz almorzó ayer con el presidente francés, François Mitterrand, y se entrevistó con su homólogo galo, Claude Cheysson, y con los ministros de Economía y de Defensa, Jacques Delors y Charles Ernu, respectivamente. El portavoz del presidente Mitterrand se refirió al momento actual de las relaciones entre los dos países con las siguientes palabras: "Francia es el aliado más sólido y más leal de Estados Unidos, pero la amistad conlleva la franqueza y el respeto de nuestra independencia. Discutimos frecuentemente, pero se puede contar con nosotros".La coordenada esencial de la diplomacia mitterrandista con Washington, desde que llegó al poder el Partido Socialista Francés, consiste en reafirmar constantemente la identidad de los dos Gobiernos sobre la necesidad absoluta de defender los valores democráticos occidentales frente a la Unión Soviética.

De aquí, el rechazo, por parte de París, de los movimientos pacifistas que prosperan en varios países europeos (financiados, algunos de ellos, por la URSS, según un informe socialista presentado recientemente en el marco de la UEO, el organismo europeo competente en materia de defensa), y el apoyo total de Mitterrand a la implantación de los misiles de la OTAN.

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