Las actividades de un supuesto agente ruso traen de cabeza a la inteligencia británica

"Los servicios británicos de espionaje serán pronto sacudidos por un gran escándalo", señaló ayer el informado periodista Chapman Pincher. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, hará en los próximos días una declaración sobre el centro de Cheltenham, de donde se supone se ha filtrado información a los servicios soviéticos.The New York Times, citando fuentes estadounidenses, habló de "una de las penetraciones soviéticas más larga y potencialmente más dañina para la inteligencia occidental desde la segunda guerra mundial", que ha causado graves tensiones en las relaciones en es...

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"Los servicios británicos de espionaje serán pronto sacudidos por un gran escándalo", señaló ayer el informado periodista Chapman Pincher. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, hará en los próximos días una declaración sobre el centro de Cheltenham, de donde se supone se ha filtrado información a los servicios soviéticos.The New York Times, citando fuentes estadounidenses, habló de "una de las penetraciones soviéticas más larga y potencialmente más dañina para la inteligencia occidental desde la segunda guerra mundial", que ha causado graves tensiones en las relaciones en este campo entre Londres y Washington.

El tenia ya salió en julio, tras el arresto de Geoffrey Prime. Este había trabajado para Sigint (inteligencia de señales) desde 1959, y fue acusado de pasar información a los soviéticos entre 1968 y 1981. En este período de tiempo, estuvo empleado en los cuarteles generales de las comunicaciones del Gobierno en Cheltenham. En julio, Thatcher aseguró que la seguridad del centro "está siendo constantemente revisada" y que no se había producido ninguna filtración.

Ted Leadbitter y otros diputados han pedido una nueva declaración a la primera ministra, responsable de estos asuntos desde que, poco después de llegar al poder en 1979, centralizó la responsabilidad de los servicios de inteligencia en su propia oficina, en vez de, como fue el caso hasta entonces, en el Foreigri Office. Cheltenham es un centro de escucha electrónica, donde se descifran asimismo los códigos secretos de la Unión Soviética y de sus aliados.

En total, unas 10.000 personas trabajan para este centro, donde la seguridad "vale sólo para detener a algún borracho", según declaró a The Guardian Alex Laxrie, antiguo empleado en Cheltenham.

La presencia norteamericana es bastante numerosa en Cheltenham a través del SUSLO (Oficina de Enlace de la Inteligencia Especial de Estados Unidos), que de pende de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense. Tiene su cuartel general en Londres, en Grosvenor Square, sede de la Marina norteamericana.

Desde el fin de la segunda guerra mundial se han dado al menos siete casos de espionaje soviético en Cheltenham. Una fuente soviética bien situada podría haber informado a Moscú de lo que sabían sobre sus propios códigos y canales secretos, tanto los británicos corno los norteamericanos. Esto les habría permitido, en algunos casos, cambiar de códigos y de canales, y en otros, inyectar en los servicios de inteligencia occidentales falsa información.

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Según The New York Times, los británicos no han informado aún a Estados Unidos con suficientes detalles sobre la magnitud de la penetración soviética, con la excusa de la ley de secretos oficiales.

La relación especial entre Londres y Washington está en peligro. "Sospecho que pronto se revelará una penetración enteramente nueva de los servicios secretos, similar en daños a la que infligió (Kim) Philby, (Donald) Maclean, (Anthony) Blunt y otros miembros del anillo de Cambridge", que fueron reclutados por los soviéticos antes de la segunda guerra mundial.

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