Tribuna:

P. M. -F., el 'vencedor' de Dien Bien Fu

Pierre Mèndes-France pasará a la historia por muchos y reconocidos títulos, pero especialmente por uno que es dudoso que le corresponda. El que fue primer ministro de la IV República francesa durante nueve meses trascendentales, quedará como el descolonizador de Indochina; el hombre que prefiguró el último desgarramiento argelino, ya en la era gaullista. Y, sin embargo, P. M.-F., como le conocía la Prensa de su país, fue el hombre que ganó en buena medida la batalla que en Dien Bien Fu perdieron los ejércitos franceses.Cuando Mèndes, el jacobino partidario de la descolonización confederal y gr...

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Pierre Mèndes-France pasará a la historia por muchos y reconocidos títulos, pero especialmente por uno que es dudoso que le corresponda. El que fue primer ministro de la IV República francesa durante nueve meses trascendentales, quedará como el descolonizador de Indochina; el hombre que prefiguró el último desgarramiento argelino, ya en la era gaullista. Y, sin embargo, P. M.-F., como le conocía la Prensa de su país, fue el hombre que ganó en buena medida la batalla que en Dien Bien Fu perdieron los ejércitos franceses.Cuando Mèndes, el jacobino partidario de la descolonización confederal y gradualista, asumió el poder el 18 de junio de 1954, lo hizo con el mandato autoasignado de lograr la paz en Indochina en el plazo de un mes o abandonar el cargo. El 20 de julio siguiente, y con la colaboración inestimable del ministro de Exteriores soviético, Vyacheslav Molotov, que cambió su niet antonomásico por un "y si pactáramos alrededor del paralelo 17", se llegaba al acuerdo que dividiría el país al norte y sur de esa delimitación geográfica. El 21, Mèndes podía ufanarse de haber dado el primer día de verdadera paz al mundo desde hacía quince años.

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Después de la derrota de Dien Bien Fu, la situación militar francesa era insostenible. El mariscal Juin había pedido al Gobierno ya el 6 de julio que autorizara la evacuación de Hanoi, y las fuerzas francesas, formadas por un tercio de soldados vietnamitas, que no sabían qué era lo que defendían, no podían aspirar más que a parapetarse en la región del Delta en torno a Saigón.

Media independencia

En esas condiciones, Mèndes logró que los victoriosos ejércitos del general Giap, se contentaran, China y la Unión Soviética mediante, con media independencia al norte del paralelo 17, y aplazaran a julio de 1956 las elecciones en todo el país, que debían decidir la suerte de lo que se constituía entonces como Estado independiente de Vietnam del Sur.

Esa victoria diplomática no pretendía, sin embargo, la liquidación de la Francia asiática, sino el comienzo de una negociación que podía haber concluido con la reunificación neutralizada de los dos Vietnam y el establecimiento de lazos de cooperación con Francia como los que hoy existen con el Africa francófona. Pero, ahí donde Mèndes supo ganar la batalla de la guerra diplomática, no fue capaz de hacer otro tanto con la batalla de la paz. Saigón se alzó como un telón de acero entre Hanoi y París boicoteando las aproximaciones al poder comunista.

La tragedia norteamericana de Vietnam se deduce del fracaso de Mèndes, al que tanto contribuyó la intransigencia del secretario de Estado norteamericano, Foster Dulles. La sustitución de la influencia francesa por la de Estados Unidos en Saigón y la ruptura del diálogo con Ho conducirían al drama de la segunda guerra de Indochina. Pero, Méndes no dejó por ello de ganar la primera batalla para una descolonización gradual, que la rivalidad Washington-Moscú hizo imposible.

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