ARAGÓN

Un industrial consigue, tras 44 días de ayuno, que el Insalud le abone más de 100 millones

El industrial aragonés Manuel Benavente, de sesenta años de edad, abandonó ayer la huelga de hambre que mantuvo durante 44 días para reclamar al INSALUD una deuda que ascendía a más de cien millones de pesetas. Su tenacidad, que ha llegado hasta el punto de poner seriamente en peligro su vida, le ha valido que el organismo oficial aceptará, primero, la existencia de una parte de la deuda (53 milones de pesetas), que más tarde la ampliara en treinta millones de pesetas más y que, incluso, haya llegado a admitir el pago de intereses por la demora en hacer efectivas estas cantidades. Para el empr...

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El industrial aragonés Manuel Benavente, de sesenta años de edad, abandonó ayer la huelga de hambre que mantuvo durante 44 días para reclamar al INSALUD una deuda que ascendía a más de cien millones de pesetas. Su tenacidad, que ha llegado hasta el punto de poner seriamente en peligro su vida, le ha valido que el organismo oficial aceptará, primero, la existencia de una parte de la deuda (53 milones de pesetas), que más tarde la ampliara en treinta millones de pesetas más y que, incluso, haya llegado a admitir el pago de intereses por la demora en hacer efectivas estas cantidades. Para el empresario, los intereses que van a aplicarse no son suficientes, pero le bastan en principio para poner término a su acción de protesta.

El contencioso entre el INSALUD y el entonces gerente de una pequeña empresa constructora, BENASA, arranca de hace casi diez años. En 1973, BENASA quebró por falta de liquidez y, según las acusaciones de Benavente, una de las principales causas fue precisamente el no haber cobrado algunos de los trabajos importantes realizados para la Seguridad Social. Las obras cuyo pago reclama el industrial fueron realizadas entre 1965 y 1973. Tras la suspensión de pagos de la empresa, comenzó un largo periplo de viajes a Madrid, de cartas y reclamaciones legales, sin resultado positivo. En octubre el año pasado, Manuel Benavente inició su primera huelga de hambre que se prolongó durante veintiocho días, hasta que el INSALUD se comprometió a negociar y admitió una deuda inicial de 53 millones de pesetas. La segunda, estuvo motivada en principio porque el empresario seguía sin cobrar y exigía, además, la total cancelación de las cantidades debidas, actualizadas a su valor en 1982. El 3 de septiembre, Benavente, se encerró en la parroquia de San Mateo de Zaragoza, dispuesto a conseguir la solución definitiva al problema mediante una nueva huelga de hambre como medio de presión. Aunque es un hombre fuerte y pesaba 98 kilos al comenzar su ayuno, transcurrido un mes de su protesta, su estado comenzó a ser preocupante porque a la debilidad general se añadían su elevada hipertensión.

Posteriormente, el gerente de obras e instalaciones del INSALUD, José Luis Pedragosa, se trasladó a Zaragoza para negociar, pero no se llegó a ningún acuerdo.

Ayer, Manuel Benavente recibió por fin la noticia de un decreto que autorizaba el pago total de la deuda. A mediodía de ayer, probó su primera comida después de 44 días: un puré de patatas.

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