El dilema de Arafat

Desde hace unos días parece haber empezado una carrera contra reloj entre el último bastión de los duros del inundo árabe y de la resistencia palestina y el campo de los moderados, el cual ha unido a algunas de sus posiciones a Arafat.El presidente del comité ejecutivo de la O"LP, que estima que la tarea prioritaria es la de impedir la anexión, por parte de Israel, de Cisjordania y Gaza, después de la salida de los combatientes palestinos del sur de Líbano y de Beirut, ha aceptado el plan de paz de la cumbre de Fez, se ha guardado de rechazar el plan Reagan y se ha aproximado, como dese...

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Desde hace unos días parece haber empezado una carrera contra reloj entre el último bastión de los duros del inundo árabe y de la resistencia palestina y el campo de los moderados, el cual ha unido a algunas de sus posiciones a Arafat.El presidente del comité ejecutivo de la O"LP, que estima que la tarea prioritaria es la de impedir la anexión, por parte de Israel, de Cisjordania y Gaza, después de la salida de los combatientes palestinos del sur de Líbano y de Beirut, ha aceptado el plan de paz de la cumbre de Fez, se ha guardado de rechazar el plan Reagan y se ha aproximado, como deseaba Washington, al rey Hussein de Jordania.

Sin duda, para mantener la moral de sus tropas, bastante malparadas antes de dispersarse por varios países árabes, Arafat no ha cesado de repetir, en el curso de su reciente gira por Oriente Próximo, que las fuerzas palestinas "continuarán el combate", pero también ha ido bastante lejos en la vía de las concesiones ( ... ).

En estas circunstancias, es legítimo preguntarse, como lo ha hecho Claude Cheysson en Túnez, por qué Arafat, que ha multiplicado desde hace algunos meses las declaraciones conciliadoras, no se compromete pública y oficialmente a aceptar, el principio del reconocimiento mutuo con Israel, proclamación que le abriría la puerta del Elíseo y, sin duda, de la Casa Blanca y reforzaría considerablemente el brazo diplomático de la OLP. Aislaría no solamente a Beguin, sino a cualquier dirigente israelí que siguiese su política y se obstinase en no hablar de los dirigentes de la OLP más que en términos de terroristas.

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Es precisamente esta intransigencia la que da argumentos al ala izquierda de la OLP y a Siria. Esta última asiste con cierto recelo al acercamiento palestino-jordano, que prefigura una eventual federación, y Damasco, que tiene un viejo contencioso con Arafat, acaba de impugnar el derecho del líder palestino a negociar con el rey Hussein sin haber recibido previamente el aval de todas las organizaciones miembros de la OLP, de las cuales, cinco, reunidas recientemente en Damasco, acaban de rechazar toda posibilidad de aliarse con Jordania ( ... ).

15 de octubre.

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