El Parlamento Europeo suaviza el control de las multinacionales

El Parlamento Europeo, en una polémica sesión plenaria celebrada esta semana en Estrasburgo, ha aguado las propuestas de la Comisión Europea para controlar las actividades de las empresas multinacionales. Las enmiendas introducidas por la derecha, sin distinción de nacionalidades, han irritado a la propia comisión, que ha pedido y obtenido un plazo de un mes antes de someter definitivamente la, llamada propuesta Vredeling al voto parlamentario.La comisión había preparado un texto según el cual cualquier filial de una multinacional con más de cincuenta asalariados debía informar a los re...

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El Parlamento Europeo, en una polémica sesión plenaria celebrada esta semana en Estrasburgo, ha aguado las propuestas de la Comisión Europea para controlar las actividades de las empresas multinacionales. Las enmiendas introducidas por la derecha, sin distinción de nacionalidades, han irritado a la propia comisión, que ha pedido y obtenido un plazo de un mes antes de someter definitivamente la, llamada propuesta Vredeling al voto parlamentario.La comisión había preparado un texto según el cual cualquier filial de una multinacional con más de cincuenta asalariados debía informar a los representantes de los trabajadores sobre determinados aspectos de su relación con la casa madre y su situación económica. Los votos democristianos y liberales han elevado el techo de forma que sólo quedarían obligadas las filiales de más de cien asalariados.

Otro unto de discusión fue el tipo de información al que debían tener acceso los trabajadores.

Según, la propuesta inicial de la comisión, éstos podrían recibir todo tipo de datos, guardando la confidencialidad, y mediante un procedimiento estrictamente oral, si la naturaleza de la información lo exigía.

Los diputados del Parlamento Europeo han introducido una enmienda según la cual los trabajadores no tienen derecho a recibir información secreta referente a los negocios de la empresa.

Terminado el debate, el comisario Ivo Richards, encargado de los asuntos sociales de la CEE, consideró que la propuesta Vredeling había sufrido modificaciones no pertinentes y que la comisión no podía aceptar. Ricahrds pidió un mes de plazo para que la propuesta pueda ser nuevamente discutida por la comisión en pleno. La propuesta N7redeling había sido considerada como un avance importante en el control de las compañías multinacionales por los sindicatos europeos y despertado una gran preocupación fuera de la CEE, especialmente en Estados Unidos.

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