La DC italiana no adoptará represalias contra el ministro del Tesoro

La Democracia Cristiana italiana no reunió ayer a su comité político para procesar al ministro del Tesoro, Beniamino Andreatta, por su franca intervención ante el Parlamento sobre el caso Vaticano-Banco Ambrosiano, como había solicitado el presidente del consejo nacional democristiano, Flaminio Piccoli.La decisión del nuevo secretario general de la Democracia Cristiana, Ciriaco de Mita, de no recoger la petición del presidente Piccoli ha sido enseguida comentada muy positivamente en los ambientes no sólo laicos del país, sino dentro de su partido, que ve en esto una señal de ...

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La Democracia Cristiana italiana no reunió ayer a su comité político para procesar al ministro del Tesoro, Beniamino Andreatta, por su franca intervención ante el Parlamento sobre el caso Vaticano-Banco Ambrosiano, como había solicitado el presidente del consejo nacional democristiano, Flaminio Piccoli.La decisión del nuevo secretario general de la Democracia Cristiana, Ciriaco de Mita, de no recoger la petición del presidente Piccoli ha sido enseguida comentada muy positivamente en los ambientes no sólo laicos del país, sino dentro de su partido, que ve en esto una señal de esa renovación interna de la que el joven secretario meridional se está haciendo paladín.

Baste pensar que la diputada europea democristiana Paola Gaiotti había enviado al secretario De Mita un indignado telegrama en el que le decía que esperaba que el celo moralista manifestado por Piccoli contra Andreatta "se use contra los protagonistas verdaderos o presuntos, dentro del partido, de los escándalos financieros y de las debilidades mafiosas".

Pero, en realidad, el problema no es ya el hecho de que Andreatta ha pusto en aprietos al Vaticano y al mismo Papa con el asunto IOR-Banco Ambrosiano. El problema, como afirmaba ayer Baget Bozzo en un editorial de Repubblica, es político. Es decir, la Democracia Cristiana no debe continuar con su viejo pecado de querer identificarse con el Estado. Es sólo un partido como los otros, aunque posea la mayoría relativa. Por tanto, debe respetar la actividad de un ministro, aunque sea de su partido, en sus, funciones de hombre de Gobierno de la República.

Como han respondido muchos otros líderes políticos a Piccoli, si la DC tiene algo contra la actuación de su ministro Andreatta, que lo diga en el Parlamento, sin necesidad de hacerle procesos a puerta cerrada dentro del partido.

Y esta parece ser, por ahora, la actitud tomada por el secretario del partido, un hombre que no pierde los nervios y que se ha definido en una entrevista como un liberal anglosajón.

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