Reservas ante la desaceleración del índice de precios durante el mes de agosto

La desaceleración observada durante el mes de agosto en el Indice de Precios al Consumo (IPC) ha suscitado interpretaciones discrepantes entre los conocedores de este indicador de la inflación. Mientras el Ministerio de Economía ha dado a entender que se vuelven a recuperar posiciones en la lucha contra el alza de los precios, en medios estadísticos y en servicios de estudios privados se apunta que no hay datos suficientes para pensar que estamos ante un cambio en la tendencia aceleradora.

Según fuentes de la Administración, el 14,7% de tasa anual que se consigue con el 0,7% de aume...

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La desaceleración observada durante el mes de agosto en el Indice de Precios al Consumo (IPC) ha suscitado interpretaciones discrepantes entre los conocedores de este indicador de la inflación. Mientras el Ministerio de Economía ha dado a entender que se vuelven a recuperar posiciones en la lucha contra el alza de los precios, en medios estadísticos y en servicios de estudios privados se apunta que no hay datos suficientes para pensar que estamos ante un cambio en la tendencia aceleradora.

Según fuentes de la Administración, el 14,7% de tasa anual que se consigue con el 0,7% de aumento en agosto supone un importante avance frente al 16,1% acumulado en los doce últimos, meses que terminaron en julio (véase EL PAIS de ayer). Anselmo Calleja, director general de Política Económica, Previsión y Coyuntura, expresó su esperanza en que los precios de alimentación, causa de las mayores subidas con respecto al año pasado, hayan agotado en los últimos meses sus inexplicables alzas y se moderen en el segundo semestre, al contrario de lo que ocurría en años anteriores.Calleja agregó que, en esta línea, la política monetaria se está endureciendo y puede dejar de echar leña al fuego, los componentes no agrícolas del IPC no van mal, y quizá los precios agrarios empiezan a ceder ante la retracción del consumo.

Por su parte, los otros medios han reconocido que es difícil pensar que pueda mantenerse un alza persistente en las actuales circunstancias, pero han añadido que agosto es un mes atípico. En efecto, las encuestas en que se basa el IPC de este mes ponderan, igual que en los anteriores, los precios de las grandes ciudades, cuando gran parte de su consumo se realiza en zonas turísticas de escaso peso en la estructura del índice. De otro lado, las encuestadores anotan crecimiento cero en los precios de establecimientos que permanecen cerrados dicho mes, lo que explica la menor subida de los componentes no alimenticios.

De los 0,7 puntos del IPC de agosto, según datos conocidos ayer en el Instituto Nacional de Estadística, 0,45 proceden del renglón de alimentación, que subió el 1,2%. Del resto de los componentes, la mayor aportación al índice general -0,05 puntos- correspondió al grupo "otros", que incluye turismo y artículos de uso personal. En alimentación, se reflejaron importantes bajas, como puede apreciarse en el cuadro adjunto, en los precios de patatas y frutas frescas, algunos de los más alcistas del año.

Los hechos indicados hacen que el índice de septiembre, en opinión de dichos medios, sea moderadamente alcista, aunque a partir de ahora, por el contrario, entran frutas y otros productos estacionales que pueden empujar a la baja. Por el contrario, los gastos de principios de otoño en enseñanza, libros, vestido y calzado compensan con exceso tales fenómenos antes de que llegue diciembre, un mes alcista por el aumento de los consumos.

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