El Ejército israelí remató ayer la conquista de Beirut

El Ejército israelí remató ayer la conquista de Beirut oeste, antiguo feudo de los palestinos, donde a última hora de la tarde sólo subsistían algunos focos de resistencia por parte de las milicias libanesas de izquierdas y chiltas.

El ex presidente libanés Camille Chamoun, de 82 años, máximo dirigente del Partido Liberal Nacional (PNL), presentó ayer su candidatura a la presidencia de la República libanesa contra Amine Gemayel, hermano mayor del presidente electo Bechir Gemayel, líder del Partido Kataeb (falangista), asesinado el pasado martes.Esta sorprendente división de las fuerzas ...

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El Ejército israelí remató ayer la conquista de Beirut oeste, antiguo feudo de los palestinos, donde a última hora de la tarde sólo subsistían algunos focos de resistencia por parte de las milicias libanesas de izquierdas y chiltas.

El ex presidente libanés Camille Chamoun, de 82 años, máximo dirigente del Partido Liberal Nacional (PNL), presentó ayer su candidatura a la presidencia de la República libanesa contra Amine Gemayel, hermano mayor del presidente electo Bechir Gemayel, líder del Partido Kataeb (falangista), asesinado el pasado martes.Esta sorprendente división de las fuerzas cristianas libanesas, con la presentación de la candidatura de Chamoun a la jefatura del Estado, fuerza aún más la convicción del ciudadano libanés de a pie de que la autoría del atentado que costó la vida al joven presidente electo incumbe a Israel.

Beirut oeste tenía ayer el aspecto de los peores días de los bombardeos israelíes sobre la ciudad controlada hasta principios de este mes por los fedayin de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

Pero si los comercios estaban cerrados y el tráfico era prácticamente inexistente -sobre todo a partir de la una de la tarde, hora en que entró ayer en vigor el toque de queda impuesto por el Tsahal-, las patrullas que circulaban a pie o motorizadas por las calles desiertas son ahora israelíes.

Para el periodista que había abandonado esta ciudad hace justo un mes, cuando aún era el feudo de la OLP, y la descubre ahora ocupada por las fuerzas armadas israelíes que estacionan por primera vez ante los edificios públicos y los ministerios de una capital árabe, el regreso a Beirut causa un enorme impacto emocional.

El Ejército israelí impedía ayer entrar en Beirut oeste -aunque algunos periodistas consiguieron colarse por las callejuelas del puerto en ruinas-, mientras se desarrollaban en el sur de la ciudad los últimos combates callejeros entre milicianos marabitun (nasseristas) y chiitas, que oponían, con armas generalmente ligeras, una resistencia más bien simbólica al avance de la primera potencia militar de Oriente Próximo.

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Antes de dar el asalto a una manzana, los militares israelíes invitaban a la población, desde vehículos equipados con altavoces, a que permaneciese en sus casas o se refugiase en los sótanos.

El Tsahal se abstuvo, no obstante, de penetrar masivamente en los campamentos de refugiados palestinos situados en la periferia sur de la ciudad, que fueron, sin embargo, una vez más bombardeados, pero esta vez por las fuerzas del comandante cristiano aliado de Israel, Saad Haddad, según el testimonio de varios civiles palestinos.

Peleas contra el invasor

El jueves, la izquierda libanesa, especialmente los comunistas, había peleado más enérgicamente contra el invasor en el centro de la ciudad: 31 civiles libaneses resultaron muertos y 122 heridos. Ocho soldados israelíes fallecieron también en los combates. Las destrucciones causadas en la calle de Hamra, principal arteria de la capital, son la mejor prueba de la violencia de los enfrentamientos.

Al margen de su progresión, el Ejército israelí reeditó en Beirut oeste lo que ya había realizado en otras ciudades libanesas ocupadas, como Tiro y Sidón. Los vecinos de algunas manzanas fueron obligados a salir a la calle durante largas horas, mientras sus casas eran registradas o detenidos algunos de sus inquilinos, sospechosos de simpatías propalestinas o cuadros de la OLP que permanecían todavía en la capital. Hasta ayer, unas mil personas habían sido arrestadas.

Provistos de planos detallados de la ciudad en los que figuraban las sedes de los partidos y milicias, los hombres del Tsahal fueron también al centro de estudios de la OLP, cuyo valioso archivo histórico-político requisaron.

La desmoralización de la población, mayoritariamente musulmana, de Beirut oeste, ocupado desde hace 48 horas por el Tsahal, sólo es comparable a la del este cristiano, en luto por la muerte de Gemayel y desorientada por la división surgida en el frente libanés, coalición de las fuerzas políticas cristianas, tras la presentación ayer de la candidatura a la presidencia de la república del octogenario Camille Chamoun.

Chamoun es para muchos un hombre empujado a la presidencia por el invasor, pero que, en contra de lo sucedido con Bechir Gemayel y de lo que podría suceder con su hermano Amine (la reunificación a la jefatura del Estado), no otorgará la prioridad a la reunificación del país sobre la firma de un eventual tratado de paz bilateral con israel.

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