Se acelera en Bonn la agonía de la coalición entre socialdemócratas y liberales

Todo parece indicar en Bonn que se acelera la solución de la agonía por la que atraviesa la coalición de gobierno entre socialdemócratas y liberales: el canciller federal, el socialdemócrata, Helmut Schmidt, hablará esta mañana en el Parlamento federal y se espera que pida nuevas elecciones, aunque sin presentar la dimisión, ni tampoco la moción de confianza.La partida de ajedrez sigue abierta, cuando la agonía de la coalición paraliza la actividad de gobierno en Bonn. Entre socialdemócratas y liberales ya no queda nada intacto. En la tarde de ayer los acontecimientos adquirieron un ritmo muy ...

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Todo parece indicar en Bonn que se acelera la solución de la agonía por la que atraviesa la coalición de gobierno entre socialdemócratas y liberales: el canciller federal, el socialdemócrata, Helmut Schmidt, hablará esta mañana en el Parlamento federal y se espera que pida nuevas elecciones, aunque sin presentar la dimisión, ni tampoco la moción de confianza.La partida de ajedrez sigue abierta, cuando la agonía de la coalición paraliza la actividad de gobierno en Bonn. Entre socialdemócratas y liberales ya no queda nada intacto. En la tarde de ayer los acontecimientos adquirieron un ritmo muy rápido. En el Parlamento, en Bonn, se produjo una escana insólita. El presidente liberal y ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, atacó al grupo parlamentario, sus todavía compañeros de coalición, los socialdemócratas.

Genscher se dirigió a los socialdemócratas, que en sus escaños escuchaban perplejos sus palabras mientras los democristianos le aplaudían fuertemente. Genscher criticó a los socialdemócratas por mezclar la política exterior y de seguridad en la campaña electoral del Estado de Hesse.

Casi a la misma hora, Schmidt acudió de forma inesperada a visitar al presidente federal, Karl Carstens, y luego recibió en la cancillería al jefe de la oposición democristiana, Helmut Kohl. Estos contactos insólitos desencadenaron en la capital federal un hervidero de rumores.

Aunque no ha trascendido nada oficialmente, parece que Schmidt intentó convencer a Kohl para que presente la moción de censura en el Parlamento. El líder de la oposición democristiana no está dispuesto a seguir este camino y pide la dimisión del canciller. Schmidt tampoco acepta esta posibilidad, que significaría el reconocimiento de su fracaso.

Todas estas maniobras buscan afrontar en las mejores condiciones unas nuevas elecciones. Los liberales no quieren elecciones ahora, cuando están al borde del 5% de los votos, y con el sambenito de haber acabado con el todavía popular canciller Schmidt podían quedar fuera del Parlamento.

Hoy parece ser el día decisivo para el futuro del Gobierno de Bonn. La larga agonía empieza a ser ya insoportable para todos.

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