Una decisión pertinente y oportuna

Al ministro de Defensa hay que agradecerle la celeridad con que ha resuelto la petición de Tejero para poderse dedicar a actividades políticas, solicitud en la que, por cierto, para nada aludía al preceptivo retiro. Hay que agradecerle a Oliart que la Administración haya actuado con rapidez. Y en este capítulo de agradecimiento no incluimos el sentido denegatorio de la petición, que compartimos plenamente, porque hacerlo sería tanto como reconocer el carácter político de la resolución y son razones jurídicas las que amparan la decisión. El esperpento de un Tejero, en el caso muy improbable de ...

Al ministro de Defensa hay que agradecerle la celeridad con que ha resuelto la petición de Tejero para poderse dedicar a actividades políticas, solicitud en la que, por cierto, para nada aludía al preceptivo retiro. Hay que agradecerle a Oliart que la Administración haya actuado con rapidez. Y en este capítulo de agradecimiento no incluimos el sentido denegatorio de la petición, que compartimos plenamente, porque hacerlo sería tanto como reconocer el carácter político de la resolución y son razones jurídicas las que amparan la decisión. El esperpento de un Tejero, en el caso muy improbable de ser elegido diputado, cargo del que no podría llegar a tomar posesión, ha terminado.Si la recién creada Solidaridad Española quiere concurrir a las elecciones, tendrá que buscar otros candidatos para encabezar las listas, olvidándose de los condenados por el asalto al Congreso de los Diputados. Después de Tejero, había saltado ya el nombre, del comandante Pardo Zanzada como número uno de la lista por Santander. La operación ha quedado frustrada por esta rápida resolución del Ministerio de Defensa, que frena el propósito de ridiculizar a las instituciones democráticas, tal como fue calificada la intención de Tejero por el fiscal general del Estado, Gil-Albert.

Se ha evitado que la operación se consumara, pero muchos de los fines perseguidos se han conseguido. En el fondo, el mismo Tejero y los promotores de la llamada Solidaridad Española podían prever la denegación. Y ésta, aunque está razonada jurídicamente, servirá perfectamente a sus propósitos: presentarse ante sus adictos, los que han estado riendo sus gracias y sus astracanadas, como unos perse guidos. Seguramente la denegación no les proporcionará más votos, pero les permitirá utilizarla para sus demagogias ante unas elecciones en las que no creen. (...)

Si compartimos la decisión y nos satisface que haya sido adoptada con rapidez es porque se ha evitado la burla a las instituciones y al sistema que el 23 de febrero de 1981 trató de destruir el asaltante del Congreso.

5 de septiembre