Gadafi acusa a Estados Unidos de haber saboteado la cumbre africana de Trípoli

El líder libio, coronel Gadafi, ha asegurado que dispone de pruebas fehacientes de la forma en que Estados Unidos ha comprado literalmente la ausencia de algunos países africanos de la prevista cumbre de Trípoli, para quienes el problema de la admisión de la República Árabe Saharaui y Democrática (RASD) no constituía más que una excusa para no acudir a la capital de Libia.

Un vacío glacial reina en la sala de conferencias del Palacio del Pueblo, donde debía haberse inaugurado el jueves pasado la reunión al más alto nivel de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Pancartas, bande...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El líder libio, coronel Gadafi, ha asegurado que dispone de pruebas fehacientes de la forma en que Estados Unidos ha comprado literalmente la ausencia de algunos países africanos de la prevista cumbre de Trípoli, para quienes el problema de la admisión de la República Árabe Saharaui y Democrática (RASD) no constituía más que una excusa para no acudir a la capital de Libia.

Un vacío glacial reina en la sala de conferencias del Palacio del Pueblo, donde debía haberse inaugurado el jueves pasado la reunión al más alto nivel de la Organización para la Unidad Africana (OUA). Pancartas, banderines y sillones confortables aguardan a los jefes de Estado africanos, quienes siguen sin querer reunirse en sesión solemne.Anoche habían llegado a la capital libia treinta y un jefes de Estado o sus representantes, según medios autorizados de la conferencia, y se mantenía una leve y remota esperanza de llegar al quórum de 34 países.

Los progresistas africanos viven en Trípoli una prueba dramática, a la medida del sentimiento de impotencia que domina en los medios del Secretariado de la OUA. El rostro demacrado de su secretario general, Edem Kodjo, mientras recibe en el aeropuerto a los dirigentes africanos, es la viva imagen del desaliento, en contraste con la abrumadora actividad del coronel Gadafi, quien sigue derrochando prodigios para convencer a sus huéspedes de no abandonar la capital libia.

La clave del milagro capaz de reconstituir los dos tercios del quórum está en los países que pueden oscilar todavía del bando de los ausentes al de los presentes en la capital libia. Sierra Leona y Uganda encabezan la lista. El primero porque, habiendo reconocido a la República Arabe Saharaui Democrática (RASD), no es hostil al Polisario; y el segundo porque su presidente, Milton Obote, aunque se encuentra enemistado con Gadafi, puede hacerse sensible a la presión del presidente de Tanzania, Julius Nyerere. Obote le debe a este último el haber accedido por segunda vez a la presidencia de Uganda.

Estas contiendas de salón han dominado el segundo día de los cuatro que debían haberse consagrado a la cumbre; pero, a medida que pasa el tiempo, aumenta el desasosiego entre las delegaciones. La salida de una sola de ellas sería la brecha de agua por la que se inundaría el inestable barco de la OUA.

Las rencillas entre países africanos se ven atizadas no sólo por factores de carácter ideológico, sino también por la propia influencia que tienen en el continente negro las grandes potencias, como Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética. El Gobierno norteamericano, que, según Trípoli, ha "maniobrado en la sombra" para hacer capotar la cumbre, ha sido acusado aquí de todos los males que sufre una organización anquilosada como la OUA.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En