Comienza en Viena la asamblea de la ONU sobre envejecimiento

La Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, organizada por las Naciones Unidas, comienza hoy en Viena con participación de más de mil personas entre representantes de un centenar de países, organizaciones especializadas no gubernamentales y de la ONU. España estará representada por una delegación dirigida por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Santiago Rodríguez Miranda.

La asamblea pretende abordar, de forma anticipada, las consecuencias sociales y económicas de un fenómeno que aparecerá en toda su intensidad con el cambio de siglo: el envejecimiento de la población mundia...

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La Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, organizada por las Naciones Unidas, comienza hoy en Viena con participación de más de mil personas entre representantes de un centenar de países, organizaciones especializadas no gubernamentales y de la ONU. España estará representada por una delegación dirigida por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Santiago Rodríguez Miranda.

La asamblea pretende abordar, de forma anticipada, las consecuencias sociales y económicas de un fenómeno que aparecerá en toda su intensidad con el cambio de siglo: el envejecimiento de la población mundial a medida que el índice de natalidad disminuye y las expectativas de vida media aumentan, (en 1950 eran de 47 años y en el año 2025 serán de 70 años).

La longevidad, considerada uno de los grandes logros de nuestro siglo gracias a los progresos de la medicina y la ciencia, será una grave fuente de trastornos sociales, económicos y políticos en el siglo XXI.

Aparte de la labor de concienciación sobre los problemas de la tercera edad, realizada con una avalancha de cifras y datos, la asamblea elaborará un "plan internacional de acción" con recomendaciones a los Gobiernos para que, por una parte, ofrezcan seguridad económica y social a los ancianos y, por otra, les permitan una participación activa en la sociedad.

No obstante, este tipo de documentos, dado su carácter no vinculante, suele quedarse en el nivel de la mera declaración de principios. No se esperan grandes resultados en las políticas de los diversos gobiernos. Así, por ejemplo, se da por supuesto que la política de jubilación debería basarse en "la capacidad y el deseo de trabajar", sin embargo, la mayoría de los países industrializados tienen una jubilación obligatoria que oscila entre los 60 y 65 años para los hombres y los 55 y 60 para las mujeres.

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