Cartas al director

La enseñanza confesional

En el artículo de Reyes Mate Enseñanza confesional y órdenes religiosas, publicado en EL PAIS del martes 29 de junio, a propósito de la enseñanza en los colegios de los jesuitas, se dice que yo, "entonces alumno de Areneros", cuento que los jesuitas incitaban a sus pupilos a "rotura de carteleras de cines indecentes de la Gran Vía, rotura de quioscos... asaltos a capillas protestantes... palizas a lo! novios que se sobrepasaban".El párrafo, que en el artículo viene entrecomillado, está tomado de mi libro Enseñanza católica para una generación. Víctima y testigo. El autor corta el...

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En el artículo de Reyes Mate Enseñanza confesional y órdenes religiosas, publicado en EL PAIS del martes 29 de junio, a propósito de la enseñanza en los colegios de los jesuitas, se dice que yo, "entonces alumno de Areneros", cuento que los jesuitas incitaban a sus pupilos a "rotura de carteleras de cines indecentes de la Gran Vía, rotura de quioscos... asaltos a capillas protestantes... palizas a lo! novios que se sobrepasaban".El párrafo, que en el artículo viene entrecomillado, está tomado de mi libro Enseñanza católica para una generación. Víctima y testigo. El autor corta el párrafo a la mitad. En el libro termina así: "Estas visitas de castigo... no las organizaban en el colegio (éramos muy chicos), sino en asociaciones para adultos". En el mismo párrafo se cita alguna de estas asociaciones.

La educación que recibimos fue en muchos aspectos aberrante, pero nunca llegaron a incitarnos a los alumnos de bachillerato a reyertas callejeras., La realidad es suficientemente negra, y en el libro hay buenas pruebas de ello, y no necesita ser exagerada, o deformada, atribuyendo a los educadores de niños lo que hacían los que integraban asociaciones de adultos.

Le ruego publique esta aclaración, pues mis antiguos profesores de Areneros pueden con razón querellarse contra mí o contra el periódico por atribuirles algo que jamás hicieron. Y, sobre todo, por respeto a la verdad objetiva. Que cada palo aguante su vela./

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