Un juzgado de Madrid deniega el secuestro de la película 'El árbol de Guernica' por injurias al Ejército

"La crítica o menosprecio de la actuación de algunos miembros o facciones de un ejército histórico no puede confundirse con el respeto que merecen las instituciones, armas, clases o cuerpos del Ejército de la nación española", afirma un auto del Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid, en el que se desestima de plano la querella presentada por el ministerio fiscal contra la película de Fernando Arrabal El árbol de Guernica y se rechaza el secuestro del filme.El auto, suscrito por el magistrado-juez Jesús Ernesto Peces, rechaza la existencia en el filme de un delito de injurias a las ...

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"La crítica o menosprecio de la actuación de algunos miembros o facciones de un ejército histórico no puede confundirse con el respeto que merecen las instituciones, armas, clases o cuerpos del Ejército de la nación española", afirma un auto del Juzgado de Instrucción número 12 de Madrid, en el que se desestima de plano la querella presentada por el ministerio fiscal contra la película de Fernando Arrabal El árbol de Guernica y se rechaza el secuestro del filme.El auto, suscrito por el magistrado-juez Jesús Ernesto Peces, rechaza la existencia en el filme de un delito de injurias a las Fuerzas Armadas, tipificado en el artículo 242 del Código Penal, al reconocer que, "si bien es cierto que se realiza una dura crítica de la actuación de un determinado ejército o facción del mismo, concretamente el que intervino a las órdenes del general Francisco Franco en la guerra civil española de 1936 a 1939, es evidente que no puede confundirse dicho ejército con las Fuerzas Armadas de España".

Por ello considera el citado juez que "no es admisible entender que la película objeto de la querella injurie o menosprecie a las Fuerzas Armadas españolas, ni a instituciones, armas, clases o cuerpos, sino que efectúa un juicio de valor respecto a la actuación de algunos miembros anónimos, pertenecientes a la facción del ejército sublevada el año 1936".

El mismo auto desestima igualmente las denuncias presentadas por varios ciudadanos, a causa de presunta blasfemia en el mismo filme, y afirma que, aunque "al relatar unos sucesos pasados y ciertos, con un lenguaje a veces simbolista y a veces realista, describe actos de profanación, sacrílegos o blasfemos, no lo efectúa con un sentido apologético de los mismos, sino con un afán de conmover al espectador ante hechos que el propio director estima reprobables".

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