Salutación del Papa a la comunidad judía internacional
El Papa prosigue infatigable su visita al Reino Unido, que ayer le llevó sucesivamente a Manchester, York y Edimburgo, esta última localidad bastión católico de Escocia.En la ciudad industrial de Manchester, Juan Pablo II realizó un doble gesto simbólico. La ordenación de doce diáconos en la ceremonia celebrada en el parque Heaton, ante 200.000 personas, precisamente en el lugar que fue cobijo para los católicos durante las persecuciones de los siglos XVI al XVIII.
En esta misma localidad, el Papa se entrevistó, además, con representantes de la comunidad judía.
Juan Pablo II expr...
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El Papa prosigue infatigable su visita al Reino Unido, que ayer le llevó sucesivamente a Manchester, York y Edimburgo, esta última localidad bastión católico de Escocia.En la ciudad industrial de Manchester, Juan Pablo II realizó un doble gesto simbólico. La ordenación de doce diáconos en la ceremonia celebrada en el parque Heaton, ante 200.000 personas, precisamente en el lugar que fue cobijo para los católicos durante las persecuciones de los siglos XVI al XVIII.
En esta misma localidad, el Papa se entrevistó, además, con representantes de la comunidad judía.
Juan Pablo II expresó al gran rabino de la Comonnwealth, Emmanuel Jakovobits, "su estima y su amistad personal" respecto al pueblo judío. "Aprovecho la ocasión", dijo el Papa, "para reiterar el total respeto de la Iglesia por el pueblo judío a través del mundo".
Juan Pablo II llegó a Manchester procedente de Liverpool a bordo de un helicóptero, en el que se trasladó desde la ciudad industrial a York, donde celebró una misa y aludió directamente a la crisis del Atlántico sur.
Ante 250.000 personas concentradas en el hipódromo de Knavesmire de York, Juan Pablo II se preguntó: "¿Cómo podemos recordar a muchas familias de Gran Bretaña y Argentina que sufren la carga abrumadora del dolor por la pérdida de seres queridos en el Atlántico sur?".
El Papa afirmó ante la muchedumbre: "Pedimos a Dios que consuele a los que están afligidos, oremos por la paz, por una paz justa y duradera para que otras familias no sufran por la guerra, para que otros maridos, esposas y niños no tengan que renunciar a lo que es más sagrado en la familia: el amor y la vida".
Después de oficiar una misa en York, el Papa se trasladó a Edimburgo, capital escocesa, donde tenía prevista una alocución a la juventud local para las primeras horas de la noche.