Ruiz-Giménez se entrevista en Roma con el preso español Pedro Rubinat

El jurista español Joaquín Ruiz-Giménez visitó el pasado sábado en la prisión romana de Civitavecchía al preso español Pedro Rubinat, a quien defiende ante la Comisión Europea de Derechos Humanos en su proceso contra el Estado italiano.Ruiz-Giménez, que no conocía hasta entonces a su patrocinado, declaró que "merece la pena defender a este hombre". El jurista español se entrevistó además con el ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, a quien planteó el caso de Rubinat y pidió que intercediese para remediar la injusticia.

Pedro Rubinat mató a un hombre en el puerto de Génova en el ...

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El jurista español Joaquín Ruiz-Giménez visitó el pasado sábado en la prisión romana de Civitavecchía al preso español Pedro Rubinat, a quien defiende ante la Comisión Europea de Derechos Humanos en su proceso contra el Estado italiano.Ruiz-Giménez, que no conocía hasta entonces a su patrocinado, declaró que "merece la pena defender a este hombre". El jurista español se entrevistó además con el ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, a quien planteó el caso de Rubinat y pidió que intercediese para remediar la injusticia.

Pedro Rubinat mató a un hombre en el puerto de Génova en el transcurso de una pelea en 1972. La justicia italiana, le condenó por "homicidio voluntario" a veintiún años de reclusión.

El preso español rechaza la sentencia en base a que nunca se le dio oportunidad de declarar ante los jueces para dar su versión de los acontecimientos, lo que garantiza la Convención Europea de Derechos Humanos de 1950 en su artículo 62, ratificada por Italia.

Según confesión propia, Rubinat no supo que había matado a su oponente, el marínero nicaragüense Ricardo José Tercero, hasta que ingresó en prisión en 1976. Afirma que solamente conoció de qué se le acusaba cuando, tras cuatro años de reclusión, inició una huelga de hambre porque se le notificó el acta de acusación.

Después de tina campaña de huelga, cartas y llamamientos a sus amigos, en abril de 1980 el rey Juan Carlos obtuvo del presidente italiano, Sandro Pertini, la promesa de que Rubinat obtendría una medida de gracia si lo solicitaba.

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