Campaña al Parlamento andaluz

La patronal de la enseñanza desata la 'guerra escolar' contra la izquierda

La enseñanza privada se ha convertido en uno de los más importantes frentes de batalla de las elecciones al Parlamento andaluz. La campaña lanzada por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) es tan fuerte, que está obligando a los partidos de izquierda a expresarse de forma cada vez más tranquilizadora para la enseñanza privada. Esta habla de un deseo de la izquierda de erradicar la religión cristiana de los colegios de Andalucía, y eso es lo que más daño puede hacer. Ochocientos mil votos pueden estar en juego.

"Hay dos opciones que fundamentan la política educativa de...

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La enseñanza privada se ha convertido en uno de los más importantes frentes de batalla de las elecciones al Parlamento andaluz. La campaña lanzada por la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) es tan fuerte, que está obligando a los partidos de izquierda a expresarse de forma cada vez más tranquilizadora para la enseñanza privada. Esta habla de un deseo de la izquierda de erradicar la religión cristiana de los colegios de Andalucía, y eso es lo que más daño puede hacer. Ochocientos mil votos pueden estar en juego.

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"Hay dos opciones que fundamentan la política educativa de los partidos más importantes que concurren al Parlamento andaluz. La que partiendo del humanismo cristiano defiende la libertad de enseñanza y la de los que apoyan su opción en una escuela laica y autogestionaria, como alternativa marxista de la educación". Esta, entre otras afirmaciones, contiene el folleto que la CECE reparte al término de sus mítines. "Usted es el responsable de la educación de su hijo, y ningún partido político puede utilizar el pupitre para violentar la conciencia de su hijo".Valentín Barquero, el hombre de la CECE en Andalucía, justifica la campaña con palabras parecidas a las que utilizan los empresarios para justificar la suya: "Nosotros sólo queremos facilitar información al electorado, para que éste decida en conciencia. Se ventila la educación humanista y cristiana, y eso nos parece importante, y por eso hemos creado una coordinadora en la que están representados los padres de alumnos, los centros escolares y los trabajadores de los mismos". La Coordinadora Andaluza pro Libertad de Enseñanza tiene programados 212 actos en toda Andalucía, de los que ya ha celebrado un tercio. La asistencia es alta, y el tono de los mítines, duro y descalificador para la izquierda. Presenta el conflicto, más que como un enfrentamiento entre escuela privada y escuela pública, como una lucha entre la enseñanza cristiana y quienes quieren abolirla.

Sobre las quejas de los partidos de izquierda, Valentín Barquero las califica de ridículas: "Se han ocupado demasiado poco de explicar su programa de enseñanza, y lo que estamos haciendo nosotros no es más que exponer a la gente lo que ellos harían en caso de victoria. El pasado 17 de marzo organizarnos una mesa redonda en Sevilla, con invitación a todos los partidos, y PCE y PSOE no quisieron acudir. Fue una gran oportunidad para que hubieran expuesto sus proyectos. Ellos sabrán qué era lo que tenían que ocultar".

Para la CECE es la izquierda quien ha abierto el fuego. Asegura que los socialistas quieren cargarse la enseñanza privada, que él lo ha escuchado recientemente, aunque no sabe especificar a quién ni cuándo, y sentencia: "Si quieren la guerra escolar, la tendrán". No más de diez millones cuesta la campaña de la CECE, según palabras de su presidente para Andalucía, que niega que exista el apoyo económico de partido alguno.

Los hombres de la izquierda, cuyos programas evitan cuidadosamente cualquier mención a la enseñanza privada, están indignados por el tono de la campaña, que empiezan a ver como una seria amenaza. Manuel Gracia, portavoz socialista para esta cuestión, manifestó: "Están diciendo que venimos a cargarnos la enseñanza privada, a cerrar drásticamente las subvenciones, cuando la verdad es que entre el marco de competencias de la Junta no está la de poder cambiar la fórmula de las subvenciones. No podríamos quitarlas aunque quisiéramos. Y conste que no queremos".

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El PSOE insiste en su respeto a la enseñanza privada: "No venimos con utopías. Sabemos lo que hay y que la enseñanza privada es un hecho en España. Lo que sí haremos desde la Junta será vigilar el reparto de las subvenciones. Estaremos frente a los centros subvencionados donde se haga negocío, ideológico o, crematístico. Nos ocuparemos de que respeten la Constitución y de que sus instalaciones se ajusten a la ley, pero nada más".

De forma parecida se expresa, Javier Aristu, representante del PCE para este tema: "Nosotros no queremos plantear ningúna guerra contra la escuela privada. Nuestro programa de enseñanza es constructivo, fija criterios como un desarrollo de la formación profesional ligado al modelo de desarrollo económico, pero no se detiene en una pelea contra la enseñanza privada, que es una realidad y que absorbe cerca del 40% de la escolaridad de Andalucía". Por su parte, el PSA trata de colocarse el margen de la cuestión; de hecho, su campaña hace siempre mucho más hincapié en los aspectos nacionalistas que en los socialistas.

Mientras tanto, la campaña de la CECE llena de optimismo a la derecha, ya que puede serle muy útil. AP explica en su programa que es fundamental la libertad de particulares y entidades privadas para establecer y dirigir instituciones de enseñanza, así como el derecho y deber de toda persona a educarse según sus creencias y convicciones.

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