Cartas al director

La 'b' y la 'v'

Como asiduo lector de su prestigioso diario, me permito dirigirle esta carta, con la cual quisiera puntualizar al señor Barrenechea, en su artículo del día 7 de abril, Falemos galego, los bables y el caló, de la serie Fronteras e islas lingüísticas en la España de hoy, que ha venido publicando su periódico días atrás, lo siguiente:Dice el articulista -al establecer las diferencias entre el bable (los bables) y el castellano- que, amén de palabras y expresiones sueltas, la diferencia con el castellano en la actualidad estriba en la distinta forma de pronunciar algunas letras: por ...

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Como asiduo lector de su prestigioso diario, me permito dirigirle esta carta, con la cual quisiera puntualizar al señor Barrenechea, en su artículo del día 7 de abril, Falemos galego, los bables y el caló, de la serie Fronteras e islas lingüísticas en la España de hoy, que ha venido publicando su periódico días atrás, lo siguiente:Dice el articulista -al establecer las diferencias entre el bable (los bables) y el castellano- que, amén de palabras y expresiones sueltas, la diferencia con el castellano en la actualidad estriba en la distinta forma de pronunciar algunas letras: por ejemplo, no hay sonido de la v, sino tan sólo de la b".

Si en esto, señor Barrenechea, radica la diferencia el bable es igual al castellano, ya que éste, en la actualidad, tampoco dispone del sonido de la v. Sí hacía, en el siglo XVI, el castellano, la vieja distinción entre los fonemas b, oclusivo bilabial -escrito b-, y v, fricativo bilabial, en el Norte; labiodental, en el Sur -escrito u o v-, perdurando incluso, en algunas zonas (Toledo, Sevilla, Cáceres ... ), hasta principios del siglo XVII. Sin embargo, Aragón, Castilla la Vieja y otras regiones norteñas, hasta Galicia y norte de Portugal, de un lado, y Cataluña, por otro, confundían dichos sonidos ya en el XVI. Cristóbal de Villalón, en su Gramática castellana (1558), escribe: "... porque en la pronunciagión ningún puro castellano sabe hazer diferencia".

Con el cambio del sistema consonántico operado en el Siglo de Oro, que determinó el paso del sistema fonológico medieval al moderno, la distinción entre ambos sonidos ha desaparecido, dando como resultado nuestro único fonema I b / (grafías b y v), aun cuando algunos -cantantes y actores, sobre todo- quieran seguir manteniéndola./

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