Apoyo internacional a la reconstrucción de Guinea Ecuatorial

La comunidad internacional apoya la reconstrucción de Guinea Ecuatorial pero hasta el momeiito no concreta el volumen de la ayuda que piensa destinar a este fin. Así puede resumirse la segunda jornada de la conferencia de países donantes de Guinea Ecuatorial, reunida en Ginebra bajo los auspicios de las Naciones Unidas.De los veintinueve países que han mostrado su apoyo, únicamente España concretó su nueva ayuda, cifrada en unos 1.400 millones de pesetas, que se agregarán a los 10.954 que han sido ya donados o concedidos en crédito a Guinea Ecuatorial. El resto de países y organismos internaci...

La comunidad internacional apoya la reconstrucción de Guinea Ecuatorial pero hasta el momeiito no concreta el volumen de la ayuda que piensa destinar a este fin. Así puede resumirse la segunda jornada de la conferencia de países donantes de Guinea Ecuatorial, reunida en Ginebra bajo los auspicios de las Naciones Unidas.De los veintinueve países que han mostrado su apoyo, únicamente España concretó su nueva ayuda, cifrada en unos 1.400 millones de pesetas, que se agregarán a los 10.954 que han sido ya donados o concedidos en crédito a Guinea Ecuatorial. El resto de países y organismos internacionales se limitó a asegurar la continuidad de los proyectos ya emprendidos o a sugerir por dónde habrían de ir los nuevos.

Esta actitud parece obedecer a una cierta cautela internacioiial para asegurar que la ayuda que eventualmente se envíe a la ex colonia española se canalice de un modo adecuado. Todas las intervenciones subrayaron la necesidad de que Guinea Ecuatorial se dote de un entramado administrativo estatal capaz de poner en marcha al país y de hacerlo salir de la situación de extrema pobreza en que se encuentra.

Todo parece indicar que los países donantes reconocen las potencialidades y la riqueza ecuatoguineana, pero necesitan tener garantías de que se va a dar un curso eficaz a la ayuda internacional.

Aquí reside el problema cardinal de la conferencia.

Del legado que dejó el dictador Francisco Macías, uno de los fardos más pesados fue el de que con su muerte hizo morir también al Estado ecuatoguineano. La administración, las leyes, siquiera la contabilidad de lo que el Estado hacía desapareció de un plumazo, y ahora la edificación de un nuevo aparato estatal se ha convertido en una tarea mucho más costosa de lo que en principio se pudo