"La explotación de la ignorancia es un crimen contra el Creador"

ENVIADO ESPECIALUnos 10.000 estudiantes de distintas razas recibieron ayer a Juan Pablo II en Ibadan, a cien kilómetros de la capital de Nigeria, que cuenta con la mayor universidad de todo el continente africano. "El modelo de vuestra sociedad futura", les dijo, "está aún en vuestra manos, porque aquí, más que en otras partes del mundo, el progreso técnico y el desarrollo industrial no han llegado aún a ser incontrolables".

Ante casi una cuarta parte de todos los universitarios africanos que son 50.000, distribuidos en veinticinco universidades del continente, el Papa envió un mensije ...

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ENVIADO ESPECIALUnos 10.000 estudiantes de distintas razas recibieron ayer a Juan Pablo II en Ibadan, a cien kilómetros de la capital de Nigeria, que cuenta con la mayor universidad de todo el continente africano. "El modelo de vuestra sociedad futura", les dijo, "está aún en vuestra manos, porque aquí, más que en otras partes del mundo, el progreso técnico y el desarrollo industrial no han llegado aún a ser incontrolables".

Ante casi una cuarta parte de todos los universitarios africanos que son 50.000, distribuidos en veinticinco universidades del continente, el Papa envió un mensije a través de ellos a los hombres de la cultura, de la ciencia y del arte de Africa. Y fue muy duro en la condena de la explotación de la ignorancia por parte de los detentadores de la cultura en el mundo.

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"El subdesarrollo cultural", dijo Juan Pablo II, "no debe ser usado por razones partidistas o ideológicas, o bien por fines económicos y sociales". Y añadió, arrancando un aplauso de entusiasmo a aquellos jóvenes que le miraban con sus gestos serios y sus ojós impenetrables: "La cínica explotación de la miseria humana y de la ignorancia con fines que nada tienen que ver con la dignidad del hombre en la sociedad es un gran crinien contra el Creador".

La salud del Papa resiste después de cuatro días de apretado programa sin respiros, aunque a veces se le advierten visibles huellas de un gran cansancio. Incluso sus más estrechos colaboradores confirman que no tiene la fuerza de otros viajes. Algunas veces le hemos visto con mala cara, pálido o llevarse disimuladamente las manos al estómago. Pero se anima cuando explota a su lado el entusiasmo de la muchedumbre. Uno de estos momentos fue la solemne ceremonia de consagración de cien nuevos sacerdotes nigerianos precisamente en Kaduna, la fortaleza islámica del norte del país.

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