La Iglesia polaca vuelve a mediar en el conflicto social

La dura reacción del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) contra el sindicato Solidaridad se ha vuelto contra él, no ha habido reacciones populares contra el radicalismo verbal expuesto en Radom por Walesa y la clave de la situación política está en manos del sindicato y de la Iglesia polaca.Las cartas que el primado polaco, Jozef Glemp, dirigió al primer ministro, general Wojciech Jaruzelski, al propio Walesa y a cada uno de los diputados del Parlamento (Sejm), en la noche del pasado martes, han sido determinantes en la actitud de los parlamentarios de compartir el temor expresad...

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La dura reacción del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista) contra el sindicato Solidaridad se ha vuelto contra él, no ha habido reacciones populares contra el radicalismo verbal expuesto en Radom por Walesa y la clave de la situación política está en manos del sindicato y de la Iglesia polaca.Las cartas que el primado polaco, Jozef Glemp, dirigió al primer ministro, general Wojciech Jaruzelski, al propio Walesa y a cada uno de los diputados del Parlamento (Sejm), en la noche del pasado martes, han sido determinantes en la actitud de los parlamentarios de compartir el temor expresado por el primado de que la aprobación de medidas excepcionales podrían conducir a un enfrentamiento de consecuencias imprevisibles.

En las próximas sesiones parlamentarias de los días 15, 16 y 21 de diciembre no está previsto en el orden del día el estudio de las medidas de excepción y parece dudoso que los diputados comunistas, con mayoría absoluta, presenten una moción en tal sentido a última hora.

El Parlamento, sin embargo, está dispuesto a conseguir una fórmula legal que introduzca forzosamente sistemas para mantener la calma social. Al desistir de las medidas excepcionales, los diputados aprobarán -así lo dejó entender, ayer el vicepresidente del Sejm, Piotr Stefanski, del Partido Democrático- la nueva ley sindical, que prevé la prohibición de las huelgas por un tiempo máximo de tres meses.

Glemp ha puesto toda su sabiduría política en rehacer la política de "entendimiento nacional", y ayer Walesa, que se reunía con el primado en Varsovia, no descartó una inminente entrevista con Jaruzelski, con el propósito de revitalizar el entendimiento tripartito Solidaridad-Iglesia-POUP.

Sin embargo, los ecos de la reunión de Solidaridad en Radom, grabada clandestinamente, no se han apagado y la efervescencia política no cesa entre sindicalistas y el sector "duro" del POUP, que se siente fortalecido, hasta el punto de que ha reaparecido Tadeusz Grabski, depurado en el 9º Congreso del Partido, que en una entrevista se declaró a favor de tomar medidas excepcionales. Por su parte, Solidaridad de Varsovia presentará posiciones muy radicales en la cumbre sindical de Gdansk, el viernes próximo.

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