La recuperación de las inversiones,

como muestra el índice de inversión aparente, se inicia en 1979, continúa en 1980 y se confirma en 1981. Por vez primera desde el comienzo de la crisis, la inversión crece con más fuerza que la producción (el gráfico recoge esas variaciones de la producción a través del indicador general de actividad económica del Banco de Bilbao). Sin embargo, el crecimiento de la inversión es aún débil (sus tasas de movimiento anual no alcanzan todavía valores del 2%) y ese crecimiento se debe al intenso avance del sector de bienes de equipo, mientras otros sectores todavía no acusan la recuperación esperada...

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como muestra el índice de inversión aparente, se inicia en 1979, continúa en 1980 y se confirma en 1981. Por vez primera desde el comienzo de la crisis, la inversión crece con más fuerza que la producción (el gráfico recoge esas variaciones de la producción a través del indicador general de actividad económica del Banco de Bilbao). Sin embargo, el crecimiento de la inversión es aún débil (sus tasas de movimiento anual no alcanzan todavía valores del 2%) y ese crecimiento se debe al intenso avance del sector de bienes de equipo, mientras otros sectores todavía no acusan la recuperación esperada (construcción, vehículos industriales, tractores). Generalizar esa recuperación e intensificar el crecimiento de las inversiones debería constituir un objetivo destacado de la política económica.

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