Israel sugiere una "cumbre" tripartita para consolidar Camp David

Sólo una cumbre tripartita entre los presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan; de Egipto, Hosni Mubarak, y el primer ministro israelí, Menájem Beguin, puede sacar del estancamiento a las conversaciones sobre la autonomía palestina, consolidar la normalización de las relaciones entre El Cairo y Tel Aviv y reconfirmar los acuerdos de Camp David. Esta tesis es mantenida en fuentes gubernamentales israelíes.Hasta ahora, oficialmente, el Gobierno israelí ha ignorado la propuesta del ex primer ministro Yitzhak Rabin de que se reuniesen Reagan, Mubarak y Beguin para reconfirmar solemne...

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Sólo una cumbre tripartita entre los presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan; de Egipto, Hosni Mubarak, y el primer ministro israelí, Menájem Beguin, puede sacar del estancamiento a las conversaciones sobre la autonomía palestina, consolidar la normalización de las relaciones entre El Cairo y Tel Aviv y reconfirmar los acuerdos de Camp David. Esta tesis es mantenida en fuentes gubernamentales israelíes.Hasta ahora, oficialmente, el Gobierno israelí ha ignorado la propuesta del ex primer ministro Yitzhak Rabin de que se reuniesen Reagan, Mubarak y Beguin para reconfirmar solemnemente los acuerdos de Camp David. Sin embargo, en privado, se admite en círculos gubernamentales que la idea es buena, ya que ni el presidente norteamericano ni el egipcio están vinculados personalmente por los citados compromisos.

Sin embargo, el Gobierno considera que no es momento oportuno, por ahora, para iniciar sondeos oficiales sobre la eventual cumbre. Jerusalén trata de evitar todo lo que pueda ser interpretado como un signo de desconfianza hacia el nuevo rais egipcio. Los medios gubernamentales consideran que Hosni Mubarak tiene ya bastante con tratar de consolidar su poder, depurar al Ejército y desmantelar las redes clandestinas de la oposición.

Es demasiado pronto para forzar al presidente egipcio a que confirme mediante hechos sus declaraciones tranquilizadoras sobre la "continuidad del proceso de paz". Este es el sentimiento oficial que existe en Jerusalén, donde se dice que no existen dudas sobre la sinceridad de Mubarak. Pero estas manifestaciones cuadran mal con el nerviosismo y la tensión que se trasluce bajo las declaraciones oficiales.

Las razones de este nerviosismo están claras: las conversaciones sobre la autonomía palestinas están, una vez más, estancadas, mientras la normalización de relaciones entre Egipto e Israel parece entrar en vía muerta: El Cairo se niega a facilitar el turismo israelí en la península del Sinaí, una vez que las tropas hebreas hayan concluido la tercera fase de la evacuación.

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