Miles de vecinos celebraron la libertad del alcalde de Baza

«El 20 de octubre debe quedar en el recuerdo de los bastetanos como el día del triunfo de Andalucía», dijo ayer el alcalde de Baza, Diego Hurtado Gallardo, del PSOE, ante varios miles de personas que se habían concentrado en la plaza del Ayuntamiento para felicitarle tras su puesta en libertad incondicional.La detención de Diego Hurtado, a las cuatro de la tarde del martes, así como su posterior arresto en los calabozos municipales, hasta las siete de la mañana de ayer, fue ordenada por el juez de instrucción de la localidad y jefe de la Junta Electoral Comarcal, Francisco Javier Arroyo, de ve...

«El 20 de octubre debe quedar en el recuerdo de los bastetanos como el día del triunfo de Andalucía», dijo ayer el alcalde de Baza, Diego Hurtado Gallardo, del PSOE, ante varios miles de personas que se habían concentrado en la plaza del Ayuntamiento para felicitarle tras su puesta en libertad incondicional.La detención de Diego Hurtado, a las cuatro de la tarde del martes, así como su posterior arresto en los calabozos municipales, hasta las siete de la mañana de ayer, fue ordenada por el juez de instrucción de la localidad y jefe de la Junta Electoral Comarcal, Francisco Javier Arroyo, de veintiséis años de edad, y supuso el incidente más importante ocurrido en Andalucía a lo largo de toda la jornada electoral. El pueblo de Baza se solidarizó con su alcalde y se manifestó ante el Ayuntamiento y el juzgado en número de varios miles de personas.

«Compensa el mal rato que he pasado por el orgullo que siento como andaluz y por haberse refrendado el Estatuto con el alto porcentaje que se ha conseguido», dijo a EL PAIS el alcalde de Baza, que ha sido acusado de desobediencia a la autoridad judicial. «Pienso que, si se anulan las votaciones por este motivo, el porcentaje de participación va a ser después mucho mayor», añadió.

Diego Hurtado fue requerido telefónicamente, a mediodía del martes, por el juez Arroyo para que el Ayuntamiento dejase de expedir certificaciones de empadronamiento a las personas que no figuraban en el censo oficial existente en los distintos colegios electorales. El alcalde pidió entonces una orden escrita de prohibición, a lo que el juez contestó con un escrito recordando que los certificados no tenían validez para votar, a pesar de lo cual se siguieron expidiendo hasta que se produjo la detención del alcalde».

«A mi entender», declaró Hurtado Gallardo, «ante la prohibición que se me manifestó, yo creo que a quien le asiste el derecho es a mí, y no al juez, con todos los respetos debidos a la autoridad judicial, porque en su escrito no me prohibió que siguiera emitiendo las certificaciones, sino que simplemente se me recordó que las mismas no tenían validez para votar, y eso ya lo sabía yo, pero no era mi problema. De todas maneras, nosotros le advertíamos a la gente del tema».