Absuelta la última persona juzgada por ocupación ilegal de una vivienda

Ricardo Doménech, última persona juzgada por ocupar una vivienda vacía en el barrio de San Blas, ha sido absuelto del delito de coacciones del que se le acusaba y condenado a abandonar dicha vivienda "después de que sea acreditada la legalidad formal y firmeza de la resolución administrativa por la que se concedió el piso al anterior adjudicatario", según reza la sentencia dictada por el Juzgado de Instrucción número doce de Madrid.En opinión del abogado defensor de Ricardo Doménech, Fernando Salas, la sentencia supone que no habrá desalojo hasta que el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo...

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Ricardo Doménech, última persona juzgada por ocupar una vivienda vacía en el barrio de San Blas, ha sido absuelto del delito de coacciones del que se le acusaba y condenado a abandonar dicha vivienda "después de que sea acreditada la legalidad formal y firmeza de la resolución administrativa por la que se concedió el piso al anterior adjudicatario", según reza la sentencia dictada por el Juzgado de Instrucción número doce de Madrid.En opinión del abogado defensor de Ricardo Doménech, Fernando Salas, la sentencia supone que no habrá desalojo hasta que el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo decida aclarar la confusa situación administrativa en, que se encuentra la titularidad de todo el patrimonio de viviendas sociales, y en especial el perteneciente a la extinguida Obra Sindical de¡ Hogar.

Ricardo Doménech, madrileño, de ventisiete años, casado y padre de dos niños de dos y un año, respectivamente, ocupó por el sistema de la patada a la puerta una vivienda vacía situada en la calle de Virgen de la Oliva, 42, del barrio de San Blas, el día 1 de octubre de 1980.

La titularidad inicial de la vivienda pertenecía a Tomás Tosca, policía municipal, de 45 años de edad, quien en el juicio reconoció que desde hace años se había trasladado a vivir a un piso situado en la calle de Molina de Segura, 19. Posteriormente, el 29 de abril de 1980 la titularidad de¡ piso pasó a su hijo mayor, quien nunca ha habitado en la vivienda ahora ocupada por encontrarse realizando el servicio militar en Palma de Mallorca y porque "habitaría en ella cuando se decidiera a contraer matrimonio", según manifestó durante el juicio.

Ante esta situación, el juez ha considerado que el acusado ha obrado "impulsado por un estado de necesidad para evitar un mal propio, de su mujer y sus dos hijos".

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