Cartas al director

Radio Exterior de España

Para los españoles que no somos muy dados a las lenguas, el escuchar en la soledad de nuestros destinos la voz de España, ya sea en las horas de la BBC o en la Voz de Alemania, es sentir que aún estamos vivos. Nombro emisoras extranjeras para oír la voz de nuestra lengua porque las emisiones de Radio Exterior no sólo son escasas, sino que su audiencia es pésima. Cuando al fin logramos en el dial captarla, ahí viene una emisión en rumano o en inglés que la anula. Da gusto oír la BBC o Radio One. Uno corretea la onda corta en busca de habla hispana y escucha de todo: japoneses, árabes, portugues...

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Para los españoles que no somos muy dados a las lenguas, el escuchar en la soledad de nuestros destinos la voz de España, ya sea en las horas de la BBC o en la Voz de Alemania, es sentir que aún estamos vivos. Nombro emisoras extranjeras para oír la voz de nuestra lengua porque las emisiones de Radio Exterior no sólo son escasas, sino que su audiencia es pésima. Cuando al fin logramos en el dial captarla, ahí viene una emisión en rumano o en inglés que la anula. Da gusto oír la BBC o Radio One. Uno corretea la onda corta en busca de habla hispana y escucha de todo: japoneses, árabes, portugueses, italianos; pero español.... cuando se escucha es un éxito.Pensamos que Radio Exterior debe ser una emisora fuerte como lo son las inglesas. No importa que simplemente transmita las simples emisiones nacionales, ya sea a don Luis del Olmo u otros programas para niños. Lo importante es que Siempre esté ahí la lengua hispana: para nosotros, los hispanos, para los colegas de las clases de español en los institutos de lenguas, para los autodidactas, para los simples radioescuchas o los que una y otra vez les sale España en su aparato diciendo aquí estamos, y ocupamos un lugar en la atmósfera de la existencia cotidiana.

Cuando los colegas de aquí, de Noruega o de Inglaterra nos sorprenden con el salpiqueo de cuatro palabras en castellano, nos sorprenden también con la queja de la falta de esa emisión permanente que habitúe sus oídos a nuestra fonética.

No les pedimos desde el exterior a Radio Exterior que aumente sus presupuestos, ya que tan poco importa nuestra imagen en el exterior; sólo que dejen enchufada la emisora a cualquir otra que del interior hable y mucho.

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