Emoción popular en el entierro del suboficial asesinado el jueves

A mediodía de ayer recibió sepultura en Frigiliana, localidad situada en la Costa del Sol, a unos 65 kilómetros de Málaga, el cadáver del suboficial de la Guardia Real Antonio Noguera García, una de las víctimas del atentado terrorista perpetrado por ETA el pasado jueves en Madrid. Con este motivo, el pueblo de Frigiliana vivió una jornada de luto total.

Bares y establecimientos cerraron sus puertas, hubo sábanas blancas con crespones negros en muchos balcones y todos los habitantes acompañaron el entierro. A las once se ofició una misa concelebrada por varios sacerdotes en la igles...

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A mediodía de ayer recibió sepultura en Frigiliana, localidad situada en la Costa del Sol, a unos 65 kilómetros de Málaga, el cadáver del suboficial de la Guardia Real Antonio Noguera García, una de las víctimas del atentado terrorista perpetrado por ETA el pasado jueves en Madrid. Con este motivo, el pueblo de Frigiliana vivió una jornada de luto total.

Bares y establecimientos cerraron sus puertas, hubo sábanas blancas con crespones negros en muchos balcones y todos los habitantes acompañaron el entierro. A las once se ofició una misa concelebrada por varios sacerdotes en la iglesia parroquial del pueblo, totalmente llena de gente. El párroco habló en la homilía de la virtud cristiana de la espeñanza aplicada al momento actual que vive España, exaltó las virtudes del militar asesinado y mostró la repulsa de todo el pueblo a los atentados terroristas.

A la salida del féretro de la iglesia, una gran multitud que llenaba la plaza prorrumpió en vivas a España, a las Fuerzas Armadas, a la Guardia Civil y a los cuerpos de seguridad. Se oyeron también voces de «ETA asesina», y «ETA al paredón». A lo largo del recorrido, desde la iglesia al cementerio, efectuado en medio de un sobrecogedor silencio, se podía ver a muchas personas llorando. Al paso de la comitiva fúnebre por la casa natal de Antonio Noguera se sucedieron escenas de gran emoción por parte de familiares y amigos.

A la entrada del cementerio, un grupo de jóvenes de ultraderecha entonó el Cara al sol, sin conseguir que se le uniera absolutamente nadie. Un miembro de la Guardia Real se acercó a los jóvenes y les dijo que se callaran y que no politizaran el acto. Seis de los miembros de la Guardia Real que habían acompañado el cadáver de Antonio Noguera desde Madrid son también naturales de Frigiliana.

Al funeral y sepelio asistieron las primeras autoridades malagueñas, parlamentarios y líderes de distintos partidos.

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