Algunos negros de Atlanta (EE UU) pudieron matar a sus propios hijos

Algunos de los veintitrés niños negros asesinados en la ciudad norteamericana de Atlanta en los últimos veintiún meses fueron «asesinados por sus propios padres», declaró ayer el agente del FBI Mike Twibell.Twibell explicó que este hecho justificaba las declaraciones del director del FBI, William. Webster, quien en una entrevista publicada el pasado lunes en el Atlanta Constitution afirmó que el problema había sido « sustancialmente resuelto » en relación con la muerte de tres o cuatro de las veintitrés víctimas. Añadió que estos tres o cuatro asesinatos no estaban ligados a los ...

Algunos de los veintitrés niños negros asesinados en la ciudad norteamericana de Atlanta en los últimos veintiún meses fueron «asesinados por sus propios padres», declaró ayer el agente del FBI Mike Twibell.Twibell explicó que este hecho justificaba las declaraciones del director del FBI, William. Webster, quien en una entrevista publicada el pasado lunes en el Atlanta Constitution afirmó que el problema había sido « sustancialmente resuelto » en relación con la muerte de tres o cuatro de las veintitrés víctimas. Añadió que estos tres o cuatro asesinatos no estaban ligados a los otros.

A raíz de estas declaraciones, el alcalde de Atlanta, Maynard Jackson, hizo público un mensaje que envió a Webster, en el que le solicitaba que considerara «el efecto de sus declaraciones» en tanto pudieran «disminuir la confianza del público».

El director de la seguridad pública de la ciudad de Atlanta, Lee Brown, afirmó, por su parte, que ninguno de los autores de los veintitrés asesinatos había sido formalmente identificado. «Sabernos algunas cosas seguras sobre ciertas personas, pero no tenemos las pruebas suficientes como para iniciar los procesos».

Las declaraciones, ayer, del agente Twibell corren el riesgo de envenenar la polémica que la policía local parece tener entablada con el FBI, a cuyos hombres ve como rivales.

La serie de crímenes cometidos, iniciada hace dos años, suscita un verdadero pánico entre los habitantes de Atlanta. Desde que cae la noche, ningún niño circula por la calle, e incluso se han organizado grupos de autodefensa para intentar desenmascarar al o los autores de los crímenes. Cuando se informa de alguna desaparición, la población coopera con la policía para iniciar la búsqueda.

La investigación, que parecía estancada, cobró un nuevo impulso con la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, quien decidió enviar refuerzos a la policía local. Una treintena de agentes del FBI fueron enviados a Atlanta, y el municipio recibió una importante ayuda financiera.