El secuestro más largo

Hace ahora tres meses, en la noche del pasado 13 de enero, fue secuestrado Luis Suñer, cuando se encontraba en su propio despacho de la factoría Avidesa, por seis enmascarados, uno de ellos una mujer. El secuestro, el más largo de los ocurridos en España en los últimos años, conmovió a la opinión pública por la excepcional personalidad de la víctima: un empresario que ha conocido el éxito, mecenas del lugar y hombre querido.Desde el primer momento, la familia envió un dramático comunicado a los secuestradores, en el que se evidenciaba la preocupación por su edad (71 años) y por el delicado est...

Hace ahora tres meses, en la noche del pasado 13 de enero, fue secuestrado Luis Suñer, cuando se encontraba en su propio despacho de la factoría Avidesa, por seis enmascarados, uno de ellos una mujer. El secuestro, el más largo de los ocurridos en España en los últimos años, conmovió a la opinión pública por la excepcional personalidad de la víctima: un empresario que ha conocido el éxito, mecenas del lugar y hombre querido.Desde el primer momento, la familia envió un dramático comunicado a los secuestradores, en el que se evidenciaba la preocupación por su edad (71 años) y por el delicado estado de salud de Luis Suñer, que padecía taquicardia.

La policía desplegó una impresionante operación de control y búsqueda, en la que participaron 2.000 funcionarios y un equipo de los Grupos Especiales Operativos (GEO), y pidió la colaboración ciudadana para todo lo que pudiera significar un indicio sobre la identidad desconocida de los secuestradores y sus posibles refugios. Era la primera vez que se solicitaba ayuda a los ciudadanos para un tipo de delito como este.

Entre las hipótesis que barajó la policía figuraban las de que la autoría del secuestro podría corresponder a una banda de delincuentes muy bien organizada, o un grupo político radicalizado de los que actúan por Levante, o a ETApm.

Durante los primeros días se produjeron múltiples llamadas de todo tipo reivindicando el hecho, e incluso un mentís de ETApm. Fue detenido el autor de varias llamadas falsas, y que no tenía ninguna vinculación con el secuestro. Dada la personalidad de Luis Suñer, al que se le atribuyen unas concepciones próximas a un republicanismo humanista, se descartó el móvil político y se consideró que la obtención de un rescate era el objetivo.

Entre las múltiples muestras de solidaridad con la familia de Suñer y de repulsa del hecho, cabe destacar la manifestación realizada en Alcira el pasado 30 de enero, y en la que participaron 8.000 personas.

El hermetismo policial y la falta de contactos fiables por parte de la familia hizo cundir el pesimismo. La paralización de la gestión empresarial, dado el control directo que Luis Suñer mantenía sobre sus empresas, motivó que en los primeros días de marzo se difundiese un edicto en el que se comunicaba que se seguía un expediente de declaración de ausencia legal del secuestrado. Por otra parte, el pasado 11 de marzo fue detenido un presunto miembro de ETApm en Jaurrieta (Navarra), quien declaró que Luis Suñer habría fallecido a los pocos días de producirse el secuestro, si bien este extremo no tuvo confirmación oficial y ETApm lo desmintió rotundamente.

A partir de esa fecha se acrecientan las sospechas de que el industrial valenciano se encontrase en poder de ETApm, posiblemente bajo la custodia de un comando disconforme con la postura de abandono de la lucha armada adoptada por la organización. Un posible indicio sobre el paradero de Luis Suñer pudo haberse establecido a raíz de la detención de los miembros de ETApm que asaltaron la cárcel de mujeres de Barcelona, el pasado 27 de marzo.

A partir de esa fecha, en medios policiales se insinuó que la liberación del industrial se produciría en fechas muy próximas, y la misma mañana del lunes 13 de abril -horas antes de que fuera liberado en la provincia de Logroño-, medios competentes de la investigación aseguraban que Luis Suñer sería liberado en las próximas horas. La familia, durante todo este tiempo, ha negado que se hubiera puesto en contacto con los secuestradores.