Cartas al director

Irresponsable e indignante

Contestando a la carta de Julia Martín de Hernández, aparecida en EL PAÍS el domingo 29 de marzo pasado y referente a la destitución del director del centro de rehabilitación y traumatología de La Paz, me veo en la obligación de comunicar a esta señora mi asombro ante tan comprensiva reacción.Que se reaccione así ante la actuación de un médico que por atender a un paciente malherido se salta todos los trámites burocráticos exigidos para entrar en un hospital y luego es sancionado por ello -pongo por caso, me parece razonable. Pero tal reacción ante el acto irresponsable -en tanto en cua...

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Contestando a la carta de Julia Martín de Hernández, aparecida en EL PAÍS el domingo 29 de marzo pasado y referente a la destitución del director del centro de rehabilitación y traumatología de La Paz, me veo en la obligación de comunicar a esta señora mi asombro ante tan comprensiva reacción.Que se reaccione así ante la actuación de un médico que por atender a un paciente malherido se salta todos los trámites burocráticos exigidos para entrar en un hospital y luego es sancionado por ello -pongo por caso, me parece razonable. Pero tal reacción ante el acto irresponsable -en tanto en cuanto en esa UVI están personas en estado crítico rodeadas de un ambiente totalmente aséptico-, indignante -para los miles de afiliados a la Seguridad Social que contribuimos mensualmente con una parte bien alta de nuestros sueldos al mantenimiento de ese y otros hospitales, y en los que en muchos casos, cuando necesitamos sus servicios, se nos atiende mediocremente, se nos tiene horas y horas en los pasillos sin asistencia de ningún tipo y, en el peor de los casos, se cometen negligencias irreparables- y de abuso de autoridad -al querer obligar a este señor al celador que prestaba sus servicios a trasportar a la perra en una camilla y después a las enfermeras de la citada UVI a atenderla en la misma-, de un señor que, muy en contra de lo que piense la señora de Martín, ostenta un cargo por motivos que pueden ir desde un historial brillante hasta por intereses de muchas índoles, que nada tienen que ver con su buen hacer dentro de la medicina, tal reacción, como digo, sólo puede darse en un marco de tremenda ingenuidad. /

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