El Papa pide el fin de las huelgas

El papa Juan Pablo II lanzó ayer un llamamiento a sus compatriotas para que cesen las huelgas y se reanude el trabajo, con el fin de salvar la economía nacional.El Pontífice puso de relieve que un acuerdoentre las autoridades estatales y los trabajadores en Polonia, sin intervención extranjera, es imprescindible para la paz internacional.

El mensaje del Papa, dirigido al cardenal primado de Polonia Stefan Wyszynski, fue publicado esta tarde en primera plana del vespertino vaticano L'Osservatore Romano.

En su mensaje, el Pontífice afirmó que comparte con todos «la profunda ...

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El papa Juan Pablo II lanzó ayer un llamamiento a sus compatriotas para que cesen las huelgas y se reanude el trabajo, con el fin de salvar la economía nacional.El Pontífice puso de relieve que un acuerdoentre las autoridades estatales y los trabajadores en Polonia, sin intervención extranjera, es imprescindible para la paz internacional.

El mensaje del Papa, dirigido al cardenal primado de Polonia Stefan Wyszynski, fue publicado esta tarde en primera plana del vespertino vaticano L'Osservatore Romano.

En su mensaje, el Pontífice afirmó que comparte con todos «la profunda preocupación por los acontecimientos de la queridísima patria».

«Esos acontecimientos», observó el Papa, «dado su importante signifIcado social e intemacional, ocupan el centro de la atención del:mundo entero».

«Las informaciones», añadió Juan Pablo II, «que me llegan desde las diversas partes de Polonia, expresan la opinión de grandes masas de trabajadores, que ven la necesidad de un pleno empeño en sus actividades, indispensable para superar la difícil situación económica en la cual se encuentra el país».

«Ellos subrayan», insistió el Pontífice, «su voluntad de trabajar, y no de estar en huelga».

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A continuación, el Papa expresó su esperanza de que se llegue a un acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos independientes y autogestionados, para «el robustecimiento de la paz interior en un espíritu de renovación, cuyos principios fueron establecidos de común acuerdo el otoño pasado».

«La realización de esos principios», agregó el Papa, «exige la comprensión mutua, el diálogo y la perseverancia, éste es el camino más justo, a la vez, para fortalecer la autoridad y el sentido de responsabilidad, particularmente en una sociedad que tiene su propia cultura y sus experiencias históricas, dificiles y dolorosas».

«Las naciones que quieren la paz», observó seguidamente el Pontífice, «coinciden en la convicción de que los placos tienen el derecho innegable a resolver sus problemas solos, con sus propias fuerzas».

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