Tribuna:

La tregua social, a punto de romperse en Polonia

El presidente de la Confederación de Sindicatos Libres Polacos, Lech Walesa, se entrevistó ayer en Varsovia con el viceprimer ministro y encargado de las cuestiones sindicales, Mieczyslaw Rakowski, para preparar el encuentro entre Walesa y el primer ministro, general Wojciech Jaruzelski, previsto para hoy con el propósito de encontrar una solución a la tensa situación social en Polonia. La tregua de tres meses solicitada por el Gobierno a Solidaridad está a punto de romperse.Al finalizar su entrevista con Rakowski, Walesa declaró su «confianza» en el futuro del país y lanzó un llamamiento, esp...

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El presidente de la Confederación de Sindicatos Libres Polacos, Lech Walesa, se entrevistó ayer en Varsovia con el viceprimer ministro y encargado de las cuestiones sindicales, Mieczyslaw Rakowski, para preparar el encuentro entre Walesa y el primer ministro, general Wojciech Jaruzelski, previsto para hoy con el propósito de encontrar una solución a la tensa situación social en Polonia. La tregua de tres meses solicitada por el Gobierno a Solidaridad está a punto de romperse.Al finalizar su entrevista con Rakowski, Walesa declaró su «confianza» en el futuro del país y lanzó un llamamiento, especialmente dirigido a los sindicatos libres (MKZ) de Lodz y Radom, para que desconvoquen las huelgas que tienen anunciadas, especificando que llegó a un acuerdo con el vice primer ministro para solventar los problemas en estas dos ciudades.

En las manifestaciones del pasado domingo no se produjeron incidentes. En la Universidad de Varsovia, unas 3.000 personas, incluyendo al líder de la oposición Jacek Kuron, homenajearon a los estudiantes que en 1968 se enfrentaron a la milicia. Mientras, en otra parte de la ciudad, unas mil personas, antiguos combatientes, utilizaron su manifestación como una proclama antisionista acusando a ciertos dirigentes de origen judío de la represión aquel año. Estudiantes y personas próximas a Solidaridad definieron esta segunda manifestación como una provocación.

Después de diecisiete horas de discusiones, la presidencia de Solidaridad consiguió, el pasado fin de semana, imponer la tesis moderada de Walesa frente a reivindicaciones radicales de las bases.

De todas formas, el clima de inestabilidad social tiende a empeorar tras el anuncio del MKZ de Lodz de convocar hoy una huelga de advertencia de una hora en protesta por el despido, la semana palada, de cinco de sus militantes. Asimismo, el primer congreso de agricultores independientes se reunió el pasado domingo en Poznan adoptando una resolución en la cual se declaran partidarios de pasar a una acción de enfrentamiento si no se reconocen sus derechos de libre asociación.

Asimismo, Solidaridad reaccionó duramente contra las medidas adoptadas por las autoridades contra disidentes: Jacek Kuron, sometido a libertad vigilada, y Adam Michnik, que está protegido en Wroclaw por una guardia de obreros. Pero el procesamiento contra los líderes del partido de oposición (ilegal), Confederación de la Polonia Independiente (KPN), encarcelados desde el pasado mes de septiembre, inquieta especialmente a los sindicalistas, quienes han denunciado estas medidas contra la oposición como contrarias a los acuerdos de Gdansk.

Estas medidas, definidas en Varsovia como de intimidación tienen su origen en la pasada cumbre de Moscú entre Stanislaw Kania y Leónidas Breznev, que fue calificada en medios polacos de tumultuosa, y donde los dirigentes del POUP (Partido Comunista polaco) escucharon de los soviéticos una letanía de reproches y advertencias. Se dice que un miembro del Politburó soviético recriminó a los polacos la actitud condescendiente con los campesinos y criticó el acuerdo con los estudiantes para suprimir las clases obligatorias de ruso.

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