El único posible

El candidato a presidente del Gobierno pronunció ayer ante el Congreso de los Diputados acaso el único discurso posible en las actuales circunstancias políticas, económicas y sociales por las que atraviesa el país. Ese, quizá, sea su principal mérito, pero es también la expresión más clara de la vulnerabilidad de sus planteamientos y de la difícil ejecución de las propuestas que contiene. Calvo Sotelo insistió en que su programa apuntaba más al diseño de los perfiles que a la concreción de las medidas. No cabe, por tanto, señalar la falta de calendarios y la inexistencia de fórmulas de instrum...

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El candidato a presidente del Gobierno pronunció ayer ante el Congreso de los Diputados acaso el único discurso posible en las actuales circunstancias políticas, económicas y sociales por las que atraviesa el país. Ese, quizá, sea su principal mérito, pero es también la expresión más clara de la vulnerabilidad de sus planteamientos y de la difícil ejecución de las propuestas que contiene. Calvo Sotelo insistió en que su programa apuntaba más al diseño de los perfiles que a la concreción de las medidas. No cabe, por tanto, señalar la falta de calendarios y la inexistencia de fórmulas de instrumentación para encontrar salidas, que no soluciones, a una situación tan compleja como la actual.La enunciación de los problemas resultó, sin duda, reiterativa, como no podía ser menos ante una crisis que se prolonga ya varios años con sucesivos intentos, insuficientes e incompletos, de encontrar una terapéutica global o un conjunto de tratamientos parciales. Las vías abiertas para las respuestas carecieron, además, de convicción propia y difícilmente lograrán credibilidad en quienes de antemano estaban predispuestos a la crítica y atentos a encontrar sus puntos más indefinidos para instrumentar los argumentos a esgrimir en el debate parlamentario de hoy.

19 de febrero .

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