Japón ofrece "estabilizar" sus exportaciones a Europa

La repentina oferta japonesa de «estabilizar» este año sus exportaciones de automóviles a Europa parece insuficiente a la Comunidad Económica Europea (CEE), algunos de cuyos países miembros han empezado ya a adoptar medidas nacionales para restringir la entrada de vehículos nipones.Wilhem Haferkamp, comisario encargado de las relaciones exteriores, informó el pasado miércoles a sus colegas de la última ronda de conversaciones con Tokio que han dado. dijo, «resultados muy escasos». La imposibilidad de lograr que Japón limite voluntariamente sus exportaciones a Europa de automóviles y televisore...

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La repentina oferta japonesa de «estabilizar» este año sus exportaciones de automóviles a Europa parece insuficiente a la Comunidad Económica Europea (CEE), algunos de cuyos países miembros han empezado ya a adoptar medidas nacionales para restringir la entrada de vehículos nipones.Wilhem Haferkamp, comisario encargado de las relaciones exteriores, informó el pasado miércoles a sus colegas de la última ronda de conversaciones con Tokio que han dado. dijo, «resultados muy escasos». La imposibilidad de lograr que Japón limite voluntariamente sus exportaciones a Europa de automóviles y televisores en color, así como la negativa de la Comisión Europea a encarar medidas conjuntas, temerosa de provocar el cierre del mercado japonés y de desencadenar una «guerra comercial», ha llevado ya a varios países miembros a adoptar indirectamente medidas protectoras de sus propias industrias.

Los tres países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) han endurecido los requisitos burocráticos que exigían hasta ahora para la importación de coches japoneses. En Francia, miles de vehículos procedentes del «gigante» oriental permanecen retenidos en los puertos, mientras que la Administración retrasa la concesión de «certificados de homologación».

Los productores de Gran Bretaña, el país más duramente afectado por la crisis siderúrgica, han logrado un acuerdo momentáneo con sus colegas japoneses, que se han comprometido a mantener una «actitud comercial más prudente».

Los británicos están autorizando grandes inversiones de los monstruos industriales del Japón, como la Sony, pero tropiezan con el creciente resquemor de otros países comunitarios. Italia, por ejemplo, contra la opinión de la comisión europea, se niega a aceptar los aparatos de televisión en color de esta marca, procedentes de la filial de Gran Bretaña, alegando que más del 45% de los elementos de estos aparatos han sido construidos fuera de la Comunidad. El conflicto terminará, probablemente, en la Corte de Justicia europea.

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