Tribuna:

Cavero, en tertulia

El ministro de Cultura, Iñigo Cavero, restableció ayer mañana la vieja costumbre de las tertulias deportivas. En torno a Iñigo Cavero no pudo loarse, como en Riesgo hacia Rienzi padre, a Gaspar Rubio, «el rey del astrágalo» o a Di Stéfano, como hacía Pedro Escartín en Baviera. Cavero descalificó a Porta.Iñigo Cavero se confesó ayer hincha de la Real Sociedad, pero, en su primer alarde de erudicción, tuvo un lapsus. Se olvidó de citar entre los grandes equipos al Atlético de Madrid. Miguel Angel Martínez, que hizo profesión de fe colchonera, incluso en la DGS, le reprochó al ministro ese olvido...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El ministro de Cultura, Iñigo Cavero, restableció ayer mañana la vieja costumbre de las tertulias deportivas. En torno a Iñigo Cavero no pudo loarse, como en Riesgo hacia Rienzi padre, a Gaspar Rubio, «el rey del astrágalo» o a Di Stéfano, como hacía Pedro Escartín en Baviera. Cavero descalificó a Porta.Iñigo Cavero se confesó ayer hincha de la Real Sociedad, pero, en su primer alarde de erudicción, tuvo un lapsus. Se olvidó de citar entre los grandes equipos al Atlético de Madrid. Miguel Angel Martínez, que hizo profesión de fe colchonera, incluso en la DGS, le reprochó al ministro ese olvido. El lapsus fue grave porque el Atlético va el primero. Cavero quiso complacer al diputado socialista, pero matizó de una manera sibilina: «Va el primero, de momento».

La tertulia futbolística en torno a Cavero dio un repaso a casi todo lo divino y humano del mundo del fútbol. Cavero, a quien se le suponen maneras paternalistas, reconoció oficialmente que las cuentas de la Federación Española de Fútbol no son correctas.

Aquí hay algo que no cuadra. Si la Federación de Fútbol no cumple los requisitos de una buena administración, si en sus libros se encuentran chanchullos, hay que comenzar a preguntarse las razones por las cuales el ministro no toma las medidas oportunas para resolver la cuestión. Cuando un ministro formula una acusación tan grave contra un presidente, debe entenderse que éste va a ser cesado. A no ser que lo de ayer en la Comisión de Cultura sólo fuera una tertulia más.

Archivado En