Quince niños, hallados vivos bajo los escombros tres días después del seismo

Ayer por la mañana nadie se lo creía creer: en Senerchia, provincia de Salerno, han sido salvados, después de tres días, quince niños enterrados vivos bajo los escombros del terremoto. Es uno de tantos pueblos pequeños destruidos en un 80%, y adonde no habían llegado los militares, porque se suponía que habían muerto todos. Los niños fueron salvados por los pocos supervivientes después de haber oído sus lamentos. Están todos vivos. La mayoría son huérfanos. Hay ya cola para adoptar a los que vivirán. Pero la gente. ha dicho a EL PAIS: «Aquí nacieron, aquí les hemos salvado y aquí se quedarán. ...

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Ayer por la mañana nadie se lo creía creer: en Senerchia, provincia de Salerno, han sido salvados, después de tres días, quince niños enterrados vivos bajo los escombros del terremoto. Es uno de tantos pueblos pequeños destruidos en un 80%, y adonde no habían llegado los militares, porque se suponía que habían muerto todos. Los niños fueron salvados por los pocos supervivientes después de haber oído sus lamentos. Están todos vivos. La mayoría son huérfanos. Hay ya cola para adoptar a los que vivirán. Pero la gente. ha dicho a EL PAIS: «Aquí nacieron, aquí les hemos salvado y aquí se quedarán. Son hijos nuestros».En Nápoles afirman que se trata de milagros de san Genaro, el famoso santo de la licuación. de la sangre. Lo han dicho ayer, cuando fueron salvados en San Andrés nada menos que dos niños recién nacidos. Sólo uno pudo ser reconocido, porque llevaba en su muñeca todavía la cadenita que le habían puesto al nacer en el hospital. Del otro no se sabe aún quién es. También una ancianita de noventa años ha salido viva de entre los escombros de la famosa iglesia de Balvano, donde murieron más de doscientos niños. Menos afortunado fue otro niño de cuatro años que en el momento en que lo sacaban de una casa derruida y estaban entregándolo a los brazos de su madre le cayó un trozo de muro en la cabeza, dejándolo muerto en el acto.Otro joven, a quien la gente desu alrededor no conseguía sacar de las ruinas porque tenía una pierna atascada, murió desangrado ante los ojos de todos mientras pedía un cuchillo para amputarse él mismo la pierna.

La noticia que ha indignado a todo el país ha sido la que difundieron ayer tarde los médicos que actúan en el lugar del seísmo: más de la mitad de los que han muerto bajo los escombros ha si do a consecuencia sólo de frío o de sed, porque han sido encontrados sin una herida. La gente repite, con el presidente Pertini, que esta vez «deben pagar dura mente los culpables», porque al menos el 50% de las víctimas se hubieran podido salvar si las fuerzas políticas se hubieran movido con mayor rapidez. Difícilmente la opinión pública perdonará al Gobierno que la noche del terremoto se fueran todos los ministros a cenar tranquilamente con la premier inglesa, Margaret Thatcher, y sobre todo que se fueran tranquilos a dormir sin haber convocado aquella misma noche una reunión extraordinaria.Ayer, después del dramático mensaje del jefe del Estado, todo se puso en movimiento. De 8.000 unidades del Ejército se pasó a 18.000. Llegaron de la OTAN veinte aviones Hércules, que hicieron un puente aéreo; de catorce helicópteros se pasó a 86. Llegaron de Estados Unidos aparatos de alta tecnología para rastrear en los escombros y llevar oxígeno a los posibles supervivientes. Todo esto a pesar de la lluvia y el viento, que ha empezado a azotar las regiones del terremoto, en las que el termómetro ha bajado a cero grados. Del mundo entero están llegando ayudas. Aterrizó también ayer en Capodichino, aeropuerto militar de Nápoles, el primer avión español cargado de mantas y tiendas de campaña. Las provincias de la región de Lombardía han adoptado once de los noventa pueblos afectados por el seísmo.

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