España se ha asegurado el suministro de petróleo para 1980 pese al conflicto entre Irán e Irak

España ha asegurado prácticamente en su totalidad el suministro de crudos que se había dejado de percibir como consecuencia del conflicto en el golfo Pérsico y, a menos que la guerra entre Irán e Irak se prolongue indefinidamente, no habrá grandes ni graves problemas de aprovisionamiento hasta finales de año e incluso en los meses posteriores. El reciente viaje de los Reyes a Kuwait, Qatar e Indonesia y las gestiones realizadas por los responsables españoles del aprovisionamiento de crudo ante diversos países exportadores del golfo han garantizado hasta enero de 1981 unos suministros adicion...

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España ha asegurado prácticamente en su totalidad el suministro de crudos que se había dejado de percibir como consecuencia del conflicto en el golfo Pérsico y, a menos que la guerra entre Irán e Irak se prolongue indefinidamente, no habrá grandes ni graves problemas de aprovisionamiento hasta finales de año e incluso en los meses posteriores. El reciente viaje de los Reyes a Kuwait, Qatar e Indonesia y las gestiones realizadas por los responsables españoles del aprovisionamiento de crudo ante diversos países exportadores del golfo han garantizado hasta enero de 1981 unos suministros adicionales de crudo sustitutivos de la parte porcentual de ese 22% de nuestras importaciones globales que no se recibirán desde Irán e Irak por culpa de la guerra.

Aunque los responsables gubernamentales del suministro de crudo mantienen el más absoluto secreto sobre estos recientes contratos, escudándose en la confidencialidad impuesta o necesaria en estos casos, EL PAIS ha podido saber que España ha entrado a formar parte de un pool de naciones afectadas por la crisis irano-iraquí que tienen, hasta cierto grado, garantizado el suministro que dejaron de percibir por culpa de la guerra. Asimismo, y aparte de los suministros procedentes de los países del golfo, se han firmado varios nuevos contratos con México y otros países no árabes que ayudarán a resolver la situación.Por otro lado, el alto volumen de existencias, tanto en Campsa como en refinerías (los depósitos de éstas estaban a rebosar en el momento del comienzo de las hostilidades), permitirá capear el impacto de la guerra irano-iraquí sin graves dificultades. En estos momentos las reservas españolas de crudo y productos refinados pueden considerarse en el nivel óptimo con un consumo almacenado para 120 días (por los 130 al comienzo de la guerra).

A finales del mes de septiembre, el crudo descargado en los terminales de las refinerías españolas (véase cuadro adjunto) había totalizado desde principios de año 37,8 millones de toneladas, lo que, aparte de representar prácticamente casi el 80% de nuestro consumo del año, supera en un 8,47% las cantidades recibidas en el mismo período del año pasado. Este aumento de nuestras compras se debía fundamentalmente a dos razones: por un lado, al casi providencial adelanto de las entregas iraquíes contratadas para el año, y por otro, a la firma de nuevos contratos con países tradicionalmente no suministradores de España.

Los suministros iraníes e iraquíes

En el caso iraquí, el Gobierno de Bagdad había cumplido en un 80% sus compromisos de suministro con España antes de la suspensión total de sus exportaciones por causa de la guerra. Así, de los cinco millones de toneladas de la cuota de Hispanoil se había descargado el 80%. Asimismo, el incremento del suministro iraquí, por la ampliación de los contratos con refinerías y con Hispanoil, como consecuencia del viaje de Suárez a Bagdad, era este año de 2.250.000 toneladas, cantidad que también, en buena medida, estaba adelantada en la entrega. El resultado es que de enero a septiembre se habían descargado en los puertos españoles un total de 5,7 millones de toneladas de crudo iraquí, frente a los 4,4 millones del mismo período del año anterior.Más problemático ha sido el caso de los suministros iraníes. Con Irán, las refinerías españolas tenían contratados cinco millones de toneladas para este año, aparte de la cuota de Hispanoil, que era de unos 10.000 barriles diarios (es decir, unas 500.000 toneladas anuales). En este suministro ha habido un claro retraso, en parte por las dificultades iranies para cumplir lo pactado y también debido a la poca prisa en comprar petróleo caro y de una calidad poco acorde con su coste. Como consecuencia, las entregas hasta septiembre fueron del orden de los 2,7 millones de toneladas, cantidad inferior en un 7% a la recibida en el mismo período del año anterior.

Una vez en curso el conflicto en el golfo, los esfuerzos de las autoridades españolas han ido por varios lados. De una parte, la sociedad Prodag, SA, incrementará en 90.000 toneladas el crudo que importa de la Unión Soviética. Este contrato, realizado con anterioridad al conflicto, ha probado ser providencial. Asimismo, Pemex suministrará 32.000 barriles adicionales por día a Hispanoil y Cepsa, a los que hay que añadir los 160.000 concertados por estas dos empresas para todo el año. En total, pues, México se convertirá este año en uno de los más importantes suministradores de crudos de España, pese a que ya lo era en condiciones normales. Hay que tener en cuenta que el crudo suministrado por México en los nueve primeros meses de este año totalizó 3.2 millones de toneladas, cantidad que representa un 122% más de la que suministró el pasado año en ese mismo período.

En caso extremo, los expertos del mercado petrolero español estiman que Venezuela, pese a que es un importante suministrador, podría incrementar sus ventas a España si la situación se deteriorara. No obstante, se considera en ciertos medios que no será necesario, dado el buen funcionamiento del acuerdo cuadrangular entre Cuba, URSS, Venezuela y España. Incidentalmente, los expertos estiman que este acuerdo no experimentará ninguna variación, en lo que respecta a España.

El club del golfo

Pero el mayor éxito obtenido en la política de sustitución de las importaciones afectadas por el conflicto se ha conseguido en la integración de nuestro país en el pool de afectados por el conflicto. La creación de este club, cuyos países miembros en el lado consumidor permanecen en el más absoluto secreto, y que ninguna fuente oficial quiere ni desea ofrecer datos al respecto (en razón a la confidencialidad solicitada por los suministradores), se negoció por representantes de la Petromin saudí, de la corporación kuwaití de petróleo y, curiosamente, de la empresa estatal iraquí, en Londres.Según fuentes internacionales, los asistentes fueron el jeque Alí Jaber al Sabah, por el lado kuwaití; el viceministro de Yamaní, por el lado saudí, y el iraquí Ramzi Salman. En estas conversaciones, en las que participaron también representantes de las compañías petroleras internacionales, según reveló el Financial Times, se establecieron los cupos de aumento de producción y la distribución de estos excedentes a los países más afectados por la suspensión de los suministros iraquíes.

Fuentes bien informadas han señalado a este periódico que quizá el dato que se ha perdido, en el contexto de la información, es la discrecionalidad de estas entregas; de ahí el secreto que ha rodeado este encuentro. La presencia iraquí en las negociaciones guarda una estrecha relación con las alineaciones en el conflicto en curso en el golfo. De ahí que las entregas efectivas de crudo vayan más en función con las preferencias políticas que con las necesidades. En cualquier caso, los países más afectados por la guerra son India, Brasil, Grecia, Portugal, Francia, Turquía y España. Por lado español estuvieron en Londres José Ramón Bustelo, director general de Importación, y Julio Calleja, que se han negado a dar cualquier información.

Suministro adicional de los países árabes

En este contexto hay que situar también el viaje de los Reyes por tres países productores de crudo y englobados en la OPEP: Indonesia, Qatar y Kuwait. Como resultado de las gestiones realizadas en este viaje, y más directamente por los responsables del aprovisionamiento energético, se espera recibir del lado de los países del golfo una cantidad que se sitúa presumiblemente en torno a los 100.000 barriles diarios adicionales. Estos barriles partirían de Qatar, en un monto cercano a los 20.000 barriles; Kuwait, del orden de los 30.000, y una cantidad no determinada, de Arabia Saudí. En estos momentos, Hispanoil recibe 150.000,barriles diarios de Arabia Saudí, a los que hay que añadir los tres millones de toneladas concertados por Enpetrol. Esta cifra, presumiblemente, podrá incrementarse a partir del casi millón de barriles diarios adicionales que los saudíes pueden producir en el cuarto trimestre.La reserva de las autoridades españolas sobre este tema es prácticamente infranqueable, pese a que se conoce que los contratos ya negociados son de una duración de tres meses y podrían extenderse en el caso de que la guerra en el golfo se prolongara después de finales de año.

Todas estas cuestiones, a las que hay que añadir el factor precio (que permanecerá inalterable, en función de que estos crudos sustituyen a otros de un precio superior, por lo que la cuestión primas no reviste la importancia que se le ha dado), harán que las salidas al mercado libre sean reducidas al mínimo, en el caso, muy poco probable, de que sean necesarias. En cualquier caso, no se descarta que el precio en el mercado spot se relance en los próximos meses, como ya lo está haciendo esta semana, ante la eventualidad de una nueva política energética de Washington, consecuencia de la victoria de Ronald Reagan, y los rumores en torno a las próximas compras de crudo por parte japonesa.

No obstante, los expertos consideran que nuestra factura petrolera en 1980 quedará situada en las previsiones de hace unos meses, es decir, en torno a los 11.600 millones de dólares.

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