ELECCIONES EE UU 80

Giro en las relaciones con Latinoamérica en los últimos cuatro años

La llegada de Jimmy Carter a la Presidencia de Estados Unidos, en 1976, marcó un importante cambio en las relaciones entre EE UU y América Latina. Sus críticas públicas y presiones diplomáticas o comerciales contra los regímenes dictatoriales, principalmente los del Cono Sur, fueron centro de esperanza para un respeto de los derechos humanos.El entusiasmo de la Administración Carter por el tema derechos humanos se ha enfriado a lo largo de cuatro años de gestión, a pesar de haber respetado el cambio político en Nicaragua y destinar, con la aceptación del Congreso, un importante programa...

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La llegada de Jimmy Carter a la Presidencia de Estados Unidos, en 1976, marcó un importante cambio en las relaciones entre EE UU y América Latina. Sus críticas públicas y presiones diplomáticas o comerciales contra los regímenes dictatoriales, principalmente los del Cono Sur, fueron centro de esperanza para un respeto de los derechos humanos.El entusiasmo de la Administración Carter por el tema derechos humanos se ha enfriado a lo largo de cuatro años de gestión, a pesar de haber respetado el cambio político en Nicaragua y destinar, con la aceptación del Congreso, un importante programa de ayuda económica para el régimen sandinista, punto duramente criticado por el candidato presidencial republicano Ronald Reagan.

Carter firmó el tratado del canal de Panamá, considerado en Washington como un acto «de valor» que pone fin a los restos del colonialismo norteamericano hacia sus vecinos del Sur; asunto también denunciado por Reagan, que considera «primordial» la defensa estadounidense del canal para garantizar la «libre circulación».

Más cauto en El Salvador, el presidente Carter apoya «mucho en lo económico y casi nada en lo militar», dicen en Washington, la Junta Militar salvadoreña, que debería aportar un cambio hacia una democracia que no llega.

Respecto a Cuba, la Administración Carter intentó inicialmente restablecer las relaciones normales entre La Habana y Washington. Tema no conseguido, pero al que parece abocada una eventual segunda Administración Carter. «La hostilidad entre los dos países no es del interés de nadie», explican en medios del Departamento de Estado en Washington.

Atención al Caribe

El conjunto de países de la zona del Caribe merecerá particular atención para Estados Unidos, tanto con los demócratas como con los republicanos en la Casa Blanca, entre los temores de un estallido social en la zona latinoamericana geográficamente más próxima a EE UU.Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay forman el grupo de regímenes del Cono Sur, donde la presión de la Administración Carter sigue siendo mayor, y entre los que una llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca es vista con mayor alegría.

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«Hay que apoyar líneas de cambio, con ayuda económica, pero sin intervención militar», recuerdan en los medios de expertos latinoamericanos de la Administración Carter. Destacan que cuatro años de presidencia Carter se saldan positivamente sin ningún desembarco de marines en tierras latinoamericanas, como ocurrió en el pasado.

Estados Unidos apoya también los procesos de integración regional en el continente latinoamericano, como el Pacto Andino. Quizá a falta de poder evitarla, EE UU acepta igualmente cada vez más la presencia europea en Latinoamérica.

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